Templos eclécticos en Guayaquil (Galería)
Hablar de la historia de Guayaquil es hablar también de los más de 20 incendios que la ciudad ha soportado en sus 480 años de fundación. El más cruento fue el de la noche del 5 de octubre de 1896 que acabó prácticamente con toda la urbe y no dejó edificaciones en pie, entre ellas, los 8 templos religiosos que había en esos momentos.
Con la llegada del siglo XX, la urbe comenzó a levantarse de a poco y empezaron los proyectos para reconstruir casas de salud, colegios e iglesias, promovidos por las autoridades del Cabildo, eclesiásticas y miembros de pequeñas juntas ciudadanas que necesitaban espacios para profesar la fe de un pueblo consagrado al Corazón de Jesús y a Santiago Apóstol desde los tiempos en que jesuitas, franciscanos, agustinos y carmelitas que llegaron a la ciudad, siglos atrás.
Paolo Russo, Luigi Fratta, Arnaldo Rufili, Carlos Bartoli, Hugo Faggioni, Juan Orús Madinyá, Francisco Manrique y Francesco Maccaferri, entre otros, fueron los ingenieros y arquitectos que se encargaron de construir varios templos de Guayaquil, en tiempos en los que el historicismo arquitectónico estaba muy de moda en las Américas.
Esta corriente se basa principalmente “en la recuperación de la arquitectura de épocas anteriores y consiste en imitar estilos antiguos a los que se le añaden detalles de la época actual”, explica el ingeniero Renato Lizarzaburu.
“Esto dio origen a la arquitectura ecléctica que mezcla todos los estilos para obtener uno nuevo, aunque al final, no haya una definición sólida dentro de la arquitectura”, acota.
Esto fue lo que precisamente ocurrió en Guayaquil en la construcción de sus templos religiosos ya que varios de ellos tienen una visible influencia de la nueva corriente del barroco, bizantino, colonial, gótico, mudéjar y románico, explica Parsival Castro, arquitecto urbanista. Por ejemplo, la iglesia de San Francisco, ubicada en las avenidas 9 de Octubre y Pedro Carbo, tiene un estilo neogótico que se evidencia en sus medias puntas laterales que se observan a la altura del bulevar. Sin embargo, el diseño que predomina en la edificación es de corte español tradicional que mezcla lo clásico con cúpulas bizantinas tal como se aprecia en esta casa de oración.
Este templo presenta naves en crucería y un techo horizontal, lo que la diferencia de las otras iglesias que tienen influencia románica y góticas. El retablo de su altar está revestido con pan de oro, separadas por nichos, propios de las primeras iglesias cristianas bizantinas.
La iglesia San José, ubicada en la avenida Eloy Alfaro entre las calles Huancavilca y Manabí, fue construida en 1905 por el ingeniero venezolano Francisco Manrique y se terminó de construir en 1926 de la mano de Francisco Maccaferri.
En esta iglesia predomina el estilo románico por los arcos de media punta que presenta en su fachada frontal con pequeños detalles de ornamentación.
Destaca además la múltiple aplicación de bóvedas en la parte lateral. Sin embargo, este templo no pudo continuar con este estilo por falta de recursos económicos y se levantó un tumbado plano y no los capiteles cúbicos y bóvedas de su diseño original. En las fachadas laterales de la iglesia, se puede observar la exuberancia de los capiteles de orden corintio, considerada la ornamentación más elegante de arquitectura clásica griega y detalles neobarrocos del arte italiano.
La Catedral Metropolitana San Pedro Apóstol de Guayaquil es considerada una de las iglesias más bellas del país. Pese a ello, existen discusiones sobre el verdadero estilo de su arquitectura, a pesar de tener casi en su totalidad estilos góticos. Las discrepancias surgen por la carencia de arcos arbotantes que son características de las edificaciones góticas de los años 1200. Estos arcos sirven para sostener las torres y paredes laterales de las antiguas catedrales góticas europeas. Curiosamente, estos arcos se encuentran en la iglesia La Victoria y en la Basílica del Voto Nacional, en Quito.
Otro de los detalles arquitectónicos que destacan en la Catedral Metropolitana es la presencia de un cimborrio que se encuentra a la altura del crucero. El cimborrio es una construcción en forma de torre, generalmente de forma cuadrada u octogonal, que se asemeja a una cúpula y que era frecuente en construcciones de los templos medievales. En Guayaquil, es el único edificio al que se le adaptaron detalles de la corriente gótica con la utilización de pináculos que sobresalen en su diseño. Además, sobre ella reposa una estatua de Cristo Rey, que fue construida por el maestro Emilio Soro.
La primera iglesia
La iglesia más antigua de la ciudad se distingue de las demás porque tiene 2 patrones. Se la conoce como la iglesia de Santo Domingo de Guzmán o San Vicente Ferrer. Este templo, que data de 1548, posee una clara influencia renacentista que se evidencia por sus 3 cúpulas colosales hechas de conchas con aristas. Sin embargo, la forma de estas edificaciones tiene corte bizantino, mientras que las cúpulas menores están decoradas con tracerías de hierro, una de las características de la arquitectura mudéjar.
La fachada sigue los patrones de la arquitectura renacentista italiana por la simplicidad de sus paredes, en la que solo sobresale el rosetón central y los ventanales laterales que son de estilo románico.
Al interior del templo también hay diversas expresiones arquitectónicas, entre las que destacan las columnas adornadas con capiteles griegos de orden corintio y un altar barroco de mármol, acompañado de frescos laterales que retoman el estilo renacentista.