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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Las mujeres toman la iniciativa de divorciarse

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Cuando deben tomar la iniciativa, lo hacen sin titubear. Con ellas no hay concesiones. En el momento en que deciden romper con su pareja y divorciarse no miran atrás y dan por zanjada la relación.

Hace algunas décadas, parecía poco probable que fueran ellas quienes tomaran la decisión de separarse, porque la sociedad, en muchos casos, las llevaba a aceptar las conductas de su pareja, pero ahora la situación es otra.

Un estudio desarrollado por la Universidad Autónoma de México (UNAM) revela que el sexo femenino es más sensible a los conflictos y los percibe más rápido, además, que ante el cúmulo de roles que desempeñan las mujeres, ellas prefieren una pareja que las apoye y las comprenda.

La investigación realizada por Sofía Rivera, catedrática de la Facultad de Psicología de esta Universidad, sostiene que los hombres suelen tener una posición cómoda en el matrimonio, aunque saben que hay conflictos, los minimizan. Incluso los hombres casados que son infieles prefieren continuar con su matrimonio, como lo asegura la psicóloga ecuatoriana, especializada en Brasil, Margareth Borniatti, quien precisa que el tema económico juega un papel crucial en este aspecto.

“Hay muchos hombres que no quieren divorciarse de sus esposas, aunque mantengan una relación afectiva con otra mujer, porque saben que al disolverse la sociedad conyugal hay repartición de bienes y, muchos de ellos, no están dispuestos a que su esposa se quede con estos.

En mis consultas, muchos hombres dicen: “Soy yo el que trabajo, soy yo el que compró la casa y el auto. Ella solo se quedaba en casa cuidando a mis hijos; ella no ha hecho nada”. Eso significa que muchos hombres asumen que el quedarse en casa, el cuidado de los hijos no es un trabajo y, por lo tanto, no representa ningún desgaste físico” explica.

Esta especialista sostiene, además, que durante décadas, las mujeres vivieron atrapadas en matrimonios fracasados e imposibilitadas de rehacer sus vidas. Ahora, en lugar de conformarse con una relación que las atormenta, buscan una salida. Son ellas quienes identifican primero que el matrimonio no va por buen camino y las que insisten en buscar la ayuda de un terapeuta cuando las cosas no andan bien.

“He constatado que son ellas las que siempre toman la iniciativa para buscar la ayuda de un profesional cuando el matrimonio atraviesa por dificultades. Ellos vienen casi obligados”, explica.

Según Borniatti todavía es alto el número de hombres casados infieles que decide mantener en secreto sus infidelidades para no comprometer su matrimonio. “Hay casos de mujeres casadas que también son infieles, pero son casos menos comunes”.

Alejandra V., lojana, cuenta que su exesposo mantuvo en secreto durante más de 2 años una relación extramarital y cuando fue descubierto, en lugar de querer divorciarse, tenía la intención de mantener ambas relaciones.

“Tuvo la desfachatez de querer que lo perdone y que comprenda que tenía otra relación que tampoco estaba dispuesto a dar por terminada”, dice. Cuenta que estaba tan dolida que nunca pensó en continuar con su matrimonio, sobre todo, después de enterarse que la mujer con quien su esposo la engañó esperaba un hijo de él.

“No sé cómo no me morí, pero seguí adelante y fui yo quien inició los trámites de divorcio; él parecía enojado con mi reacción”, explica.

Aunque la infidelidad de su pareja fue el principal motivo de su separación, a ella todavía le cuesta entender por qué no fue él quien tomó la decisión de divorciarse.

Hay otros casos, dice Borniatti, en que los que se consideran traicionados se resisten al divorcio para utilizar este hecho y martirizar al cónyuge. Solo cuando lo ha humillado y le ha sacado en cara sus infidelidades, muchas mujeres toman la decisión de separarse, porque la convivencia se ha tornado insoportable.

En la obra de la psicóloga Diane Medved, Un caso contra el divorcio, se advierte que hay 3 situaciones que ponen a prueba hasta al mejor de los psicólogos: cuando el marido no puede aceptar la exitosa carrera de su esposa, cuando este no se sobrepone a una aventura de su esposa (es más probable que un matrimonio sobreviva a una aventura del hombre que de la mujer) y cuando la esposa descubre un romance de su marido con una mujer más joven.

Según Medved, “las mujeres que llegan a la decisión de divorciarse pueden pasar años pensando en los pros y los contras del divorcio; solo cuando lo han analizado dan el paso. La determinación llega cuando se establece una suerte de ‘duración de los problemas”.

Si estos no desaparecen y, por el contrario, se prologan en el tiempo, muchas mujeres pueden inclinarse por el divorcio.

“Las mujeres que se separan han conseguido establecer si los conflictos que viven son fortuitos o si su relación se ha deteriorado con problemas crónicos que parecen no tener solución”, señala esta psicóloga en su libro.

La revista colombiana Semana se hace eco de una investigación que señala que entre las principales razones que llevan a una mujer al matrimonio están el amor (96%) y la búsqueda de la seguridad (84%).

Al mismo tiempo, entre los principales motivos que las conducen a divorciarse están el abuso emocional (63%), el egoísmo de sus maridos (62%) y el abuso verbal (58%).

Según el psiquiatra ecuatoriano Enrique Aguilar, cuando las mujeres toman la decisión de separarse, realmente es porque han madurado bien la idea. “Suelen esperar un buen tiempo para ver si las cosas se arreglan o no. Por eso, cuando lo piden ya no dan marcha atrás”, señala.

Los hombres —explica— toman la decisión generalmente presionados por su relación con otra pareja; eso suele suceder con frecuencia. Otros mantienen una relación extramarital, pero no se divorcian, porque, como dice el médico, no se atreven a salir de su espacio de comodidad.

En muchos casos, mantienen en secreto su relación, porque no quieren entrar en conflicto con su pareja ni tampoco desean que sus hijos se enteren.

Para Aguilar, algunos hombres continúan casados, aunque tengan otra pareja, porque al divorciarse y formalizar una nueva relación, tendrían que mantener a la familia anterior y eso podrían afectar su economía.

Los conflictos de pareja -señala este médico- surgen por motivos diversos y hace referencia a uno en particular. “Hay muchas mujeres que se casan a una edad madura. Son profesionales que, muchas veces, no aprendieron a dar espacio a un hombre en su vida. Se acostumbraron a su independencia económica y a su libertad. Por eso, no están dispuestas a renunciar a ella y a compartir el presupuesto. Esto también puede generar rupturas”, explica.

Para la psicóloga María Cristina Ayala, los roles de las mujeres han cambiado porque ya no están dedicadas únicamente a las labores del hogar, ahora son profesionales que perciben sus propios ingresos y, por lo tanto, ya no dependen económicamente de sus esposos. “Las mujeres se imponen nuevos objetivos; tienen muchas prioridades y su vida no gira alrededor de un hombre”, comenta.

Según Ayala, es cada vez más frecuente que las mujeres busquen la ayuda de un profesional cuando sus hogares enfrentan dificultades y al contar con esa guía pueden tomar mejores decisiones para su vida.

María Cristina también ha conocido casos de hombres que mantienen relaciones fuera del matrimonio y que nunca pensaron en divorciarse de sus esposas por diversas razones. “Para muchos de ellos, está el tema de la seguridad. La asocian con la familia, con sus hijos y la relación extramarital es considerada, muchas veces, solo una aventura”, dice.

Los hombres pueden mantener una vida disociada en una relación con la mujer, a la que aman y una relación con una amante, a la que desean. Ellos consiguen mantener separados el amor y el deseo.

Esto no siempre ocurre con las mujeres, porque según un artículo publicado en la revista Vanity Fair, cuando la mujer casada se enamora de otro hombre, sí está dispuesta a dar punto final a su matrimonio y empezar de cero con su nueva pareja.

De acuerdo con una investigación difundida por la American Sociological Association (ASA), cuando las mujeres casadas buscan relaciones fuera de su matrimonio, lo que realmente desean conseguir es pasión romántica.

El sexo, la admiración mutua y el diálogo en la pareja

Juan David Nasio, un reconocido psicoterapeuta argentino, en una entrevista con el diario La Nación, sostiene que las parejas de hoy se separan por un mínimo conflicto, como si hubiera una impaciencia, una intolerancia; como si el amor y a veces el sexo no bastaran para poder soportar al otro.

El sexo, la admiración mutua, el diálogo y la realización de actividades de a 2 son para Nasio las 4 patas de su teoría del “banquito” que sostiene a la pareja en el transcurso del tiempo. “De las 4 patas la más importante es el sexo. Y hoy hay muchas parejas que no tienen actividad sexual”, advierte este psicoterapeuta. La falta de una actividad sexual satisfactoria es uno de los principales motivos de consultas por parte de las parejas en crisis.

Al contrario de lo que se piensa, son las mujeres quienes acusan el impacto de esa insatisfacción, poniendo en duda la viabilidad de la pareja, afirma Nasio, docente durante 3 décadas de la Sorbona, en París. Como él advierte, con frecuencia, la sociedad suele tener la falsa idea de que es el hombre el que está pensando en sexo todo el tiempo, y aunque es en parte cierto, la mujer también le da mucha más importancia a la calidad del sexo.

El concepto de satisfacción sexual, en términos femeninos, aclara el terapeuta significa decir que la relación sexual sea para la mujer un momento, en donde ella se sienta deseada.

Aunque Nasio cree que el sexo es importante, reconoce que no lo es todo y da valor a admiración mutua. Sugiere gestionar la admiración para resultar más interesante al otro y mantener viva la relación más allá del enamoramiento.

Los vínculos

Cuando la crisis fue causada por una falta de entendimiento, entonces las posibilidades de recuperación del vínculo son altas, dicen los expertos.

Cuando la mujer es quien ha mantenido una relación extraconyugal, que es una relación sexual y amorosa fuerte, existen pocas posibilidades de recuperar el vínculo.

Los hombres que no están satisfechos con su matrimonio, suelen manifestar que su pareja no es un apoyo para ellos. Algunos necesitan que la mujer adopte un papel de madre, que los cuide.

Las mujeres también dan por terminada una relación cuando su pareja les miente, cuando les esconden información y cuando descubren que no era la persona que ellas creían. Por lo tanto, las expectativas se vienen abajo.

Especialista

“Las mujeres son cada vez más exigentes con sus parejas”

Cada vez hay más mujeres profesionales que tienen altos ingresos económicos y que son completamente autónomas. Para estas mujeres que no dependen de sus esposos, desde el punto de vista económico, no resulta un problema separarse de sus parejas cuando estos no han cumplido con sus expectativas.

Antes, muchas mujeres soportaban matrimonios que se convertían en un tormento, porque no tenían otra opción; era él el proveedor y la dependencia era casi total. El ritmo de las mujeres actual es totalmente distinto. Incluso las mujeres son más exigentes y si su pareja no cumple con sus expectativas pueden terminar la relación. El tema de la satisfacción sexual también forma parte de estas exigencias, porque el sexo es fundamental en la vida de pareja.

Paula Vernimmen, psicóloga y especialista en adicciones

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