Damasco/Moscú/Roma.-

El Ejército sirio del régimen de Bashar al Asad recuperó ayer el control del feudo opositor de Idleb tras una retirada rebelde, en la víspera del primer aniversario del inicio del levantamiento popular.

Un año después del inicio de la revuelta violentamente reprimida, el régimen sacó provecho de la falta de armamento de los rebeldes, de la fragmentación de la oposición y, sobre todo, de las divisiones de la comunidad internacional para reafirmar su autoridad en importantes bastiones rebeldes.

La toma de Idleb, cerca de la frontera turca, ocurrió dos semanas después de recuperar el control, el 1 de marzo, de Baba Amr, barrio rebelde de Homs (centro), tras un mes de bombardeos mortíferos. “Desde ayer (martes) ya no hay combates, el Ejército Sirio Libre (ESL) se ha retirado y las tropas regulares tomaron toda la ciudad y realizan allanamientos casa por casa”, expresó Nuredin al-Abdo, militante local de la oposición en esa localidad. 

Ante la reticencia de la comunidad internacional a armar a los rebeldes, los militantes mencionaron de nuevo la falta de equipamiento para explicar el revés. Según las Naciones Unidas,  más de 7.500 muertos se han producido desde que empezó la rebelión hace un año.

“El ESL prefirió retirarse. Todo el mundo sabe que es incapaz de enfrentar al ejército”, agregó Abdo. Mientras tanto, Estados Unidos dijo ayer que Rusia y China han acercado sus posiciones a la del resto del mundo respecto a una condena al presidente Bashar al Asad por la sangrienta represión en Siria, expresó  la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland. “Se están viendo ahora declaraciones públicas, tanto de Rusia como de China, que dicen muy claramente que no están interesados en proteger a Asad, que no están interesados en nada en particular sino en poner fin a la violencia”, señaló.

El canciller ruso, Sergei Lavrov, por su parte, defendió ayer una de las principales propuestas que consiste en crear un mecanismo de monitoreo, sin limitaciones, para poner en funcionamiento un alto al fuego en Siria. Lavrov manifestó también su confianza en una fructífera gestión del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe a Damasco, Kofi Annan, para impulsar el citado mecanismo y definir las condiciones para el fin de las hostilidades.

El primer ministro chino, Wen Jiabao, pidió una tregua inmediata y la protección de los civiles, y agregó: “China respeta las legítimas aspiraciones del pueblo sirio para el cambio y para la consecución de sus propios intereses”.

Asimismo, Italia y Arabia Saudita decidieron ayer cerrar sus embajadas en Siria y la repatriación de su personal  debido a que no hay garantías de seguridad.