Chalá: “Tener covid-19 fue muy aterrador"
“Estoy agradecido con Dios por estar con mi familia, con salud, después de pasar ese susto aterrador que te invade cuando te dicen que eres positivo de covid-19. A pesar de no sentir nada grave, pensaba en las cosas negativas del virus, pero el deporte y la actividad física me hicieron cambiar de ánimo totalmente.
Los primeros días de la emergencia los pasé en mi casa en Quito y luego me tocó trasladarme a Guayaquil por trabajo (es guardaespaldas de la Vicepresidencia) en la etapa más crítica y por ahí me contagié, pero gracias a las defensas altas que tuve al ser deportista no fue peligroso.
Perdí los sentidos del olfato y del gusto, pero nada más; me aislé el tiempo recomendado por los médicos. Durante ese encierro me seguí ejercitando como si nada; eso sí estuve todo el tiempo monitoreado por un médico.
Exactamente no sé dónde contraje covid. El primer síntoma lo tuve el 4 de abril y los médicos me dijeron que el virus pudo entrar en mi cuerpo más o menos el 30 o 31 de marzo porque dicen los especialistas que dentro de cuatro a cinco días aparecen los primeros estragos de salud.
Pese a ello seguía trabajando, porque no sabía que estaba enfermo hasta que me hice el examen y dio positivo. El diagnóstico develó que fue una carga viral muy baja por ser atleta y también por el tema de la raza; eso ayudó mucho.
Así que me encerré en un departamento en Guayaquil mismo; después de eso me hicieron otra prueba que salió negativa y ya pude volver a casa en Quito.
Es a lo que estamos expuestos como militares (tiene 20 años de servicio en la Infantería de Marina). Antes de ir al puerto principal sabía en lo que me metía. Igual mi esposa (Yesenia Cedeño) me dijo que tenga cuidado porque iba a estar en el lugar más crítico y tomé las precauciones del caso, pero me dio coronavirus a pesar de eso.
Como no tenía mayores molestias, los doctores me dijeron que si me dolía la cabeza tome paracetamol, pero no tuve ninguna complicación. Desde el primer día le comenté a Yesenia para que esté tranquila, solo le dije que no le comentara a mi hijo (Gudman) porque, a pesar de tener cinco años, entiende todo y se podría preocupar.
Durante la cuarentena en la mañana me despertaba a desayunar, luego entraba en clases virtuales de la maestría en terrorismo internacional en la Universidad de la Rioja de España que estoy siguiendo gracias a una beca completa por mis méritos deportivos y por la tarde estudio un diplomado en alto rendimiento deportivo en la universidad de Veracruz (México).
En casa combino tiempo con estudios, familia con entrenamiento, para los que adquirí algunos implementos que me faltaban para complementar el tema de la fuerza. Así paso bien, lo mismo hacía en el aislamiento en Guayaquil.
Para mantenerme en forma sigo al pie de la letra las tablas que me envía mi entrenador (Juan Luis González). Además, trabajo con mis ligas, tengo balones medicinales y de pilates, unas mancuernas de poco peso y un par de discos y eso los llevo a la ciudad a la que me toque ir para seguir con la preparación.
Para no perder del todo la técnica del salto alto trato de hacer ejercicios que se asemejen al despegue. El arqueo de la caída lo trabajo en el piso durante el estiramiento y para la velocidad hago repeticiones de subidas y bajadas en gradas o frecuencia en espacios cortos de cinco metros.
En cuanto al calendario se suspendieron dos competencias que tenía en julio y me estoy preparando para una prueba en septiembre.
Este virus no avisó a nadie realmente, creo que en todo el mundo fue una mala sorpresa, pero lo que nos queda es unirnos como país, tratar de salir adelante desde el lugar en el que nos toque estar y dejar las cosas negativas a un lado por el bien de todos”. (I)