El atleta con discapacidad auditiva Hilton Rosales aprendió a correr desde temprana edad por las polvorientas calles de su natal Durán (Guayas).  

Cinthia Mercado, su madre, recuerda que Hilton no podía quedarse quieto y  corría de un lado a otro  cuando era pequeño. Lejos estaba de imaginar que un día iba a intentar clasificar a los Juegos Sordolímpicos, que se disputarán en 2021. 

Hilton, de 21 años, nació con discapacidad auditiva, pero eso no le impidió que  surja en el deporte. La pasión por correr que tuvo desde niño la fue desarrollando en el Instituto Médico Pedagógico de Audición y Lenguaje (Impal), que tiene escuela y colegio.

En esta unidad educativa fue donde descubrieron sus dotes para el atletismo. “Un profesor del colegio le hizo unas pruebas y sus condiciones le valieron para ser seleccionado del colegio”, contó su orgullosa madre.

Los intercolegiales le abrieron las puertas de la Federación Deportiva del Guayas (Fedeguayas), donde diariamente se entrenaba antes de la pandemia del covid-19 (coronavirus). Durante los primeros días de cuarentena entrenó  en su casa y desde que recibió la autorización de volver a practicar al aire libre corre todos los días hasta el puente de la Unidad Nacional que une Durán con Samborondón. Atraviesa de ida y vuelta los 2.186 metros del complejo vial para estar en forma.

Cuando fue llamado a la  selección provincial participó en los campeonatos nacionales de deporte adaptado. Torneos en los  que salió campeón durante cuatro años consecutivos: 2016 en Cuenca, 2017 Guayas, 2018 nuevamente en la capital de la provincia de Azuay, donde también ganó la medalla de  oro en 2019.

Esos resultados lo catapultaron al Plan de Alto Rendimiento que maneja la Secretaría del Deporte. También se unió al Comité Paralímpico Ecuatoriano, a través de la Federación Ecuatoriana de Deporte para Personas con Discapacidad Auditiva (Fedepdal).

En un diálogo con lenguaje de señas con Fedeguayas, el tricolor agradeció el respaldo de la entidad, de Fedepdal y de la Secretaría del Deporte. “Soy campeón por mi trabajo, mis prácticas del día a día. Hace cinco años no era nadie, pero ahora soy el mejor”, mencionó el deportista que se especializa en las pruebas de 400 y 800 metros planos. 

Al mismo tiempo se mostró grato con su familia, encabezada por su mamá y sus dos hermanos menores: Noelia Rosales, de 18 años, y Lian Nazareno Mercado, de dos, quienes lo han apoyado en todo sentido.

Hilton, nombre que le puso Cinthia en honor al padre de esta, tuvo un golpe duro en su infancia, puesto que a los siete años el papá los abandonó. A mamá le tocó hacerse cargo del hogar, algo que hace hasta ahora  vendiendo almuerzos que cocina en su casa.

En el negocio familiar, el velocista ayuda en varias labores como la venta, la preparación de jugos o  arroz; también lava los platos, pero “solo cuando tiene tiempo libre de entrenamientos o competencias. Mientras que cuando sale de viaje y le queda algo de dinero me lo da para mantener la casa”, confesó su  progenitora, de 37 años.

El entrenador cubano Bernardo Valdez, quien trabaja con Hilton desde 2017,  contó que en los 400 y 800 metros, Rosales estaba clasificado para el Campeonato Mundial de Sordos, que se debía realizar del 17 al 25 de julio en Canadá, pero que por la pandemia se suspendió. “Los registros que posee el deportista le permiten estar como uno de los claros aspirantes a representar a Ecuador en los Juegos Sordolímpicos del 2021”, refirió Valdez. Este evento mundial se realizará en Caxias do Sul (Brasil).

Entre sus logros internacionales más importantes destacan: medallas de plata y bronce en un Open Panamericano, cumplido en  Cuenca (Ecuador) en 2018. Así como en Abiertos paranacionales de Colombia en Barranquilla (2018) y Cali (2020). (I)