El español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) llega al Gran Premio de Australia que se disputa este fin de semana en el circuito de Phillip Island con opciones matemáticas de proclamarse campeón del mundo de MotoGP y con ello batir un nuevo récord de precocidad en su ya larga lista de la presente temporada, pero sin prisas por conseguir su objetivo.

Márquez apenas necesita sumar siete puntos más que su inmediato perseguidor, su compatriota y vigente campeón del mundo, Jorge Lorenzo (Yamaha YZR M 1), lo que lograría con una nueva victoria, la séptima de la temporada, siempre y cuando su oponente fuese tercero.

Si gana Lorenzo, algo con lo que cuenta Márquez, quien ayer en una entrevista a EFE aseguró que este era un circuito que se le daba muy bien al campeón del mundo, el título tendrá que esperar hasta Japón, cuando las cuentas serán mucho más fáciles.  

Pero la fe que tiene la organización local en el nuevo ídolo del motociclismo mundial, Marc Márquez, queda fuera de toda duda cuando la promoción de la imagen del gran premio, tal y como sucede con la última carrera de la temporada, el Gran Premio de la Comunidad Valenciana, tiene al líder del mundial de MotoGP como principal protagonista.  

Lorenzo y Pedrosa están prácticamente obligados a ganar si quieren retrasar la consecución del título por parte de Márquez, pero ninguno de ellos ha ganado aquí en MotoGP, aunque sí cuando eran pilotos de 250 cc.

No obstante, la victoria en Phillip Island será una auténtica incógnita, pues en las últimas seis ediciones de la carrera australiana hubo siempre un nombre propio por encima de los demás, el de Casey Stoner, ahora ya retirado, aunque este fin de semana estará por el trazado en el que más victorias ha logrado.