Solo el Ministerio de Salud Pública (MSP) es la autoridad sanitaria que puede otorgar avales y certificación para medicamentos naturales, homeopáticos y dispositivos médicos. Así lo aseguró Norma Armas, subsecretaria de Vigilancia de esta entidad. Además, reiteró que “el MSP, para dar un aval publicitario, primero revisa que la publicidad sea fiel al informe farmacológico del producto otorgado por el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi)”.

Entre los requisitos para que el Ministerio otorgue un  aval a determinado medicamento se destacan el registro sanitario otorgado por el Inspi, informe farmacológico, el estudio de un bioquímico farmacéutico y que los papeles de la empresa productora del medicamento se encuentren en orden.

El artículo 143 de la Ley Orgánica de la Salud establece que “la publicidad y promoción de los productos sujetos a registro sanitario deberán ajustarse a su verdadera naturaleza, composición, calidad u origen, de modo tal que se evite toda concepción errónea de sus cualidades o beneficios, lo cual será controlado por la autoridad sanitaria nacional”.

Los productos que tienen el aval publicitario de la Federación Médica Ecuatoriana son jabón Prótex desde 1999, el edulcorante Sweet’n low desde 2007 y Jugos Ya desde 2011. Mientras que el jabón Proactive y el bloqueador Suncare tienen el aval de la Federación Ecuatoriana de Dermatología desde 2004 y 2010, respectivamente.

Armas anotó que los artículos de aseo personal no forman parte de la ley mencionada. “Los productos alimenticios y de consumo humano salen de esta regla. La publicidad de estos productos estaba regulada por el MSP, pero ahora aplica solo a medicamentos”.

Para el psiquiatra Iván Sandoval, no está claro el origen de estas aprobaciones y los parámetros considerados para otorgar dicha recomendación o aval. “Citar la autoridad médica es un viejo discurso. Aquí se evocan los colegios y las federaciones. Y por otro lado, somos consumidores pasivos y poco críticos. ¿Acaso sabemos sobre la  base de qué pruebas promueven estos productos?”.

Al respecto, Alberto Narváez, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, respondió que los avales otorgados por esta institución fueron firmados hace más de 10 años y ratificados por directivas anteriores. Explicó que la política que apoyan como gremio es la de  auspiciar el uso de medicamentos genéricos para garantizar el acceso de toda la población.

“No auspiciamos medicinas como federación porque diríamos que este producto es mejor que el otro y estaríamos yendo en contra de los medicamentos genéricos. Lo que avalamos es la calidad del producto”, insistió.

Mientras que Patricio Freire, presidente de la Federación Ecuatoriana de Dermatología, afirmó que  -para otorgar un aval- es necesaria la aprobación de la Junta Directiva Nacional, en la cual se analiza el producto mediante estudios de eficacia y efectividad, con el fin de establecer el factor de protección y medición. “Se hace el estudio y se llega a acuerdos porque, por lo general, esto tiene compensación en la investigación o en la educación médica continua. Por ejemplo, para poner la etiqueta de hipoalergénico en un detergente para ropa de niños, hay que hacer estudios que confirmen esa condición”.

Por otro lado, Freire aclaró que un aval es con estudios, mientras que aquello de “recomendado por dermatólogos” es publicidad. En este caso, Suncare es publirreportaje, porque en la publicidad mientras yo hablo de cosas técnicas, no aparece la marca comercial, sino después”.

Según Narváez, la directiva actual de la Federación Médica Ecuatoriana decidió no otorgar más avales durante este período.

“No queremos ampliar avales. Tenemos una solvencia económica que nos permite no aceptar más o no auspiciar ninguno como directiva actual. Y los que están dados se mantendrán el tiempo que sea”.

En un recorrido de este diario por diferentes supermercados, del centro-norte de Quito, se preguntó a los compradores si tenían mayor interés en adquirir productos  avalados por alguna federación o recomendados por expertos.  De las 30 personas entrevistadas, 17 afirmaron comprar solo artículos avalados o recomendados, ocho en cambio alternan  marcas y a 5 no les importa si los  productos que compran son avalados o recomendados por alguna institución.

Pilar, una enfermera de 56 años quien   hacía compras en un supermercado del norte de la capital, afirmó que prefiere comprar pastas dentales y jabones que tengan un aval. Sin embargo, agregó: “No estoy ciento por ciento segura acerca de los criterios para que estos artículos tengan ese aval, pero siempre procuro comprarlos”.

Pedro, abogado de 29 años, expresó que generalmente realiza sus compras en un supermercado de La Gasca y que prefiere variar de productos.  “No me gusta casarme con las marcas”, dijo entre risas.

Mientras que Jennifer, empleada doméstica de 42 años, manifestó que opta por comprar marcas que sean más económicas. “Teniendo cuatro hijos es difícil comprar productos de esas marcas caras. Con mi sueldo tengo que hacer alcanzar para toda mi familia”, comentó mientras salía de un supermercado.

Tres de las cinco empresas cuyos productos tienen avales se negaron a una entrevista o a indicar los criterios  usados pare recibir la recomendación.

El departamento de marketing  de Colgate-Palmolive indicó que su departamento legal no les permite compartir ese tipo de información.

Otelo & Fabell (SweetN’ Low) manifestó que no disponen de autorización para entrevistas sobre  esta marca sin antes haber consultado  las preguntas en la matriz ubicada en Inglaterra”.
Por su parte,  Quala (Jugos Ya) respondió que la empresa se encuentra  en proceso de transición de cargos y que esperan  tener una   respuesta positiva en 15 días.