Los pocos envases plásticos que se generan en casa de doña Flor Granda, de 74 años, son clasificados a fin de que no terminen en la basura común. La septuagenaria guarda los desechos para regalárselos a uno de los recicladores de su sector en el sur de Guayaquil. “Se los doy a un señor que vive de esto. Desinfecto las bolsas y se las dejo afuera de la casa para que luego las recoja”.

Según el Ministerio de Ambiente, durante la emergencia sanitaria por el covid-19 las actividades de reciclaje disminuyeron en el país. Esto debido a que el trabajo que realizan los recicladores de base y los centros de acopio está suspendido, las restricciones de movilidad y a que muchas de las actividades económicas que generan gran parte de las materias primas reciclables no funcionan.

En Ecuador al menos 20.000 personas se dedican al reciclaje. De ellas el 54% son mujeres que mantienen a sus familias con la venta del material recuperado en las calles o sitios de disposición final, con un ingreso de $ 218 mensuales.

Este domingo 17 de mayo de 2020 que se conmemora el Día Mundial del Reciclaje, expertos instan a fomentar esta práctica en casa.

La experta Paulina Criollo, directora del Programa de Sostenibilidad de la Espol, explica que al clasificar desde casa los residuos para entregarlo después de la cuarentena se garantiza ingresos a los recicladores, pero también que no se envíen más desechos al relleno sanitario.

“Es decir, al reciclar estamos ayudando no solo en la parte social sino también en la parte ambiental”.

De acuerdo con datos del MAE, actualmente el relleno sanitario del Inga, en Quito, recibe aproximadamente 2.200 toneladas de residuos al día, lo que representa un incremento del 40% frente a las 1.600 toneladas que se recibían antes del covid-19.

Para Nikita Gaibor, subdirector científico técnico del Instituto Nacional de Pesca, durante la pandemia se ha observado un incremento del uso del plástico (fundas, botellas de agua, tarrinas de un solo uso, espumaflex, embalaje). “Esto es preocupante porque se está usando demasiado plástico al hacer compras en supermercados o cuando se pide comida a domicilio por delivery”.

El experto reconoce que no se puede prohibir el plástico de un solo uso mientras dure la emergencia, porque primero está la salud humana, pero advierte que si no se reduce se creará un problema ambiental.

Criollo, por su parte, recomienda evitar por completo el plástico de un solo uso, ya sea tarrinas, vasos, y guardar los alimentos en envases reutilizables. Así como también llevar bolsas de tela o reusables a los supermercados. Recuerda que actualmente está vigente el impuesto a las fundas plásticas.

“Podemos elegir apps de servicio a domicilio o restaurantes que utilicen la menor cantidad de envolturas y desechables. Siempre está en nosotros hacernos responsables de lo que consumimos y desechamos”. 

Justamente, en el país el 80% de los empaques plásticos de los productos de Nestlé son reciclables. Como parte de responsabilidad ambiental para este año la empresa prevé recuperar entre 800 y 1.000 toneladas de residuos plásticos, asegura Sergio Mera, gerente de Asuntos Corporativos. Él indica que se necesita repensar los hábitos, reducir y recrear para aprovechar los recursos. “Uno de sus productos que usa envases de tetrapack promueve el reutilizarlos para hacer macetas o implementos de oficina”.

Precisamente, la emergencia también ha sido tomada como una oportunidad para fomentar el reciclaje. Durante estos dos meses en casa de Teresa García se reutilizaron cerca de 50 botellas PET para transformarlas en escobas. “Barren muy bien”, dice.

En el campo industrial la empresa Ecsade S.A., dedicada al reciclaje de neumáticos, en colaboración con otras, ideó la creación de una alfombra de desinfección de calzados a base de polvo de los neumáticos reciclados. De acuerdo con el gerente general de Ecsade S.A., Eddie Govea, mensualmente se venden 1.000 artículos. “Aquí buscamos aprovechar la materia prima y poner en práctica las tres R”. (I) 

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Compras de artículos usados reducen la emisión del CO2

Durante la emergencia muchos ecuatorianos han aprovechado la oportunidad para vender a través de internet artículos que ya no usarán, pero que se encuentran en buen estado. Según un informe del grupo OLX, cada vez que un artículo usado se comercializa en la plataforma la vida de ese producto se extiende. Los usuarios adoptan un modelo de comportamiento sostenible y los productos se reutilizan en lugar de ser desechados. Con esta acción se reduce el nivel de emisiones de dióxido de carbono (C02). Según el informe, en 2019 se ahorraron más de 900.000 toneladas de emisiones de CO2, con la comercialización de 37 millones de artículos mediante el sitio web. Además de los beneficios ambientales el proceso contribuye a la economía circular. (I)