Sororidad
Las conquistas de las mujeres para ejercer sus derechos se logran a pulso
La lucha feminista de los últimos años por poner en el debate público el tema del aborto empezó en 2003, cuando grupos antiderechos atacaron la píldora anticonceptiva de emergencia diciendo que era abortiva.
Las feministas también impedimos que en 2008 estos mismos grupos retardatarios lograran que la Asamblea Constituyente derogara el aborto terapéutico.
Desde el 2012 el movimiento de mujeres ha planteado despenalizar el aborto, por lo menos, en caso de violación y ha analizado este tema desde todas las aristas posibles, señalando que es aberrante y violento obligar a una mujer a continuar con un embarazo que es el producto de un abuso sexual.
Las conquistas de las mujeres para ejercer derechos y ser libres se logran a pulso, cotidianamente y tardan años. Hoy nuestros argumentos fueron escuchados por asambleístas sensibles a esta tragedia nacional, que han entendido que es urgente que aquellas mujeres y niñas que vivieron en sus cuerpos una violación y un embarazo forzado, puedan acceder a la justicia.
Aquí cinco intervenciones de quienes desde la Asamblea abordan la escalofriante realidad del aborto y la violación sexual y desbaratan mitos o mentiras que suelen esgrimirse para que se siga criminalizando a las mujeres ultrajadas que abortan. (O)
María Mercedes Cuesta
Guayaquil
“¡Carajo, no son señoras! Son niñas”
Escucho los discursos de quienes se oponen a la despenalización del aborto en caso de violación. Las mujeres violentadas no tienen dignidad para ustedes y no merecen opciones o protección. Merecen continuar en silencio con un dolor que se convierte en culpa.
Dicen que se trata de salvar ambas vidas; suena bien, pero hoy no estamos debatiendo eso, estamos hablando si la mujer que se ha practicado un aborto en caso de violación debe ir presa. Y ustedes han dicho que sí deben ser condenadas y encarceladas, siendo las víctimas.
Somos el tercer país en la región con la tasa más alta de embarazo adolescente. 20.052 niñas menores de 14 años parieron en Ecuador entre 2008 y 2018, todas atendidas en el sistema de salud y la única respuesta que recibieron fue la de continuar el embarazo.
“Señoras” les dicen en cuanto dan a luz, “señora ya puede amamantar a su hijo”. ¡Carajo, no son señoras! Son niñas y tienen 14 y 12 años. Son criaturas que dejaron el colegio y están condenadas a la miseria porque tienen que ser madres.
Las mujeres no mentimos, nos cuesta aceptar una agresión sexual, nos da miedo y se los digo claro: yo no mentí. (O)