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Ecuador, 22 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Suma Qamaña, una alternativa que rescata los principios de los pueblos indígenas

Un aspecto fundamental es defender la identidad. Esto implica recuperar la memoria y la historia para proyectarse al futuro.
Un aspecto fundamental es defender la identidad. Esto implica recuperar la memoria y la historia para proyectarse al futuro.
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De acuerdo a distinguidos pensadores bolivianos, el mundo enfrenta una “crisis de vida” que se deriva del modelo de desarrollo promovido por el capitalismo. Esta va más allá de las dimensiones económicas y políticas. Se trata de una hecatombe que ha ocasionado la ruptura del equilibrio con la Tierra y ha afectado las relaciones de vida; una crisis en la que las personas se concentran en tener más y todo se ha vuelto mercado.

Al encontrarse en una situación en la que no pueden divisar un futuro favorable, los pueblos indígenas quisieron contribuir y asumieron el compromiso de luchar por devolver la armonía perdida. Así lo ha manifestado David Choquehuanca, un sabio aymara conocido por haber sido Ministro de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia. Es así que en este país se ha identificado la necesidad de proponer un nuevo modelo de vida basado en los principios ancestrales de las culturas de la región.

Pero, ¿qué hacían los ancestros de diferente? Para ellos la vida en relaciones de armonía y equilibrio estaba sobre todo, de ahí que bajo este planteamiento el ser humano pasaría a un segundo plano, mientras que el medio ambiente sería lo primordial en el nuevo modelo. Además, era de suma importancia la comunidad en donde todo estaba conectado, interrelacionado; no había cosas pequeñas ni grandes y todo merecía respeto. La armonía y equilibrio de uno y del todo eran fundamentales. Se propugnaba que las decisiones que afectaban a todos se tomasen por consenso.   

En este contexto, el modelo que Bolivia propone se basa en el ‘Suma Qamaña’, término aymara que traducido al español significa ‘Vivir bien’, ‘Vivir en plenitud’ o ‘Buen vivir’. No se lo puede confundir con ‘vivir mejor’, dado que la connotación de este último responde a obtener mayores beneficios económicos. La diferencia entre ‘vivir bien’ y ‘vivir mejor’ es similar a la que hay entre la vida y la muerte. A pesar de que el concepto ‘Suma Qamaña’ está compuesto solo por dos palabras, tiene un significado muy amplio. Tal vez por esta razón es que los pueblos indígenas no se equivocan al manifestar que la traducción al español no iguala a la riqueza de su significado en el idioma original.

 ‘Suma Qamaña’ se relaciona con vivir en armonía y equilibrio. Según Fernando Huanacuni, actual canciller de Bolivia, en su libro Buen vivir / Vivir bien, esta es una armonía “con los ciclos de la Madre Tierra, del cosmos, de la vida y de la historia. Y, en equilibrio con toda forma de existencia”. Pero, además, implica vivir en comunidad, en hermandad y, especialmente, en complementariedad. El término en sí plantea una vida comunal, armónica y autosuficiente.

El Vivir bien conlleva dos dimensiones. La primera se refiere a la armonía con los demás, promoviendo el equilibrio entre individualidad y comunidad. La segunda y más importante en este planteamiento es la armonía con la Pachamama, partiendo del supuesto que todo y todos están unidos e integrados y que son interdependientes. 

El Vivir bien también incluye una visión de identidad cultural, de comunidad, de armonía entre las personas y con la Madre Tierra. También se preocupa por el aspecto económico, pero sin que este último sea el principal, como lo ha venido siendo en los últimos tiempos. 

Mandato constitucional

Los principios del Suma Qamaña se  han recogido en la Constitución de Bolivia y se han plasmado en su forma de Gobierno. La Constitución Política exige al Estado asumir principios éticos morales que responden a la ideología del Vivir bien; asimismo los nuevos diseños institucionales persiguen proyectar prácticas de vida a base de saber vivir y saber convivir, y se busca que los principios de este planteamiento se plasmen en las políticas públicas.

Se ha planteado necesario aplicar en el Estado la dinámica de la comunidad. En este proceso se ha tratado de rescatar el consenso, la complementariedad, la identidad y la armonía que llevaba a un equilibrio, y de esta manera recuperar al ser humano integral cuyas acciones estén orientadas para la cultura de la vida.

El consenso es de suma importancia para el Vivir bien. Las comunidades indígenas dejan de lado la toma de decisiones por mayoría porque consideran que es un sometimiento a la minoría, y en lugar de ello promueven el diálogo para llegar a acuerdos, y así evitar conflictos.

La complementariedad por su parte está muy relacionada con la idea de que las comunidades se complementan con otras y con las diferentes formas de existencia.

Otro aspecto fundamental es defender la identidad. Ello implica recuperar la memoria y la historia en el tiempo presente para proyectarse hacia el futuro. La identidad se nutre de  los valores y principios que nos han legado los abuelos. Si no se protege, la identidad ancestral puede desaparecer. 

Conforme al Suma Qamaña, es necesario priorizar y respetar la vida en todas sus formas.

La alternativa propuesta por Bolivia para hacer frente a los problemas actuales y resguardar la vida de la naturaleza y del ser humano puede ser considerada como descabellada por unos y ser aplaudida por otros. No obstante, no se puede negar que es un llamado de atención para que seamos conscientes de que es necesario tomar acciones y qué mejor manera de hacerlo que protegiendo a la vida en comunidad. Hay que recordar la sabia frase que dice “Que todos vayamos juntos, que nadie se quede atrás, que todo alcance para todos, y que a nadie le falte nada”. Es un pensamiento del pueblo aymara, originario de nuestra América y de donde surgió el actual presidente boliviano, Evo Morales. (F)

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