El personaje
Un sastre quiteño confecciona trajes con muchas luces
Su primera afición fue el toreo. Hilvanaba verónicas, pases de pecho y manoletinas. Efraín Moreno participaba en festivales taurinos en Quito, provincias ecuatorianas y también en Colombia.
Justamente en la capital colombiana, el matador Francisco Reyes lo llevó al local de Saturio Lizcano (actualmente en España), quien se dedica a la confección de trajes de luces.
Lizcano aceptó enseñarle su propio arte, el de los hilos y el dedal durante las tardes. Corría entonces el año 1985.
“Comencé a desgranar las lentejuelas de los carretes, cortar y dibujar bases de los alamares (dorado, blanco, negro); aunque nunca antes pensé dedicarme a este oficio”.
Moreno recuerda sus primeros pasos en la confección de ropa de torero.
A Manolo Estrada le hice el primer vestido; fue casi empíricamente. Yo también me hice uno para estrenarlo en Quito ese mismo año (1985)”.
Asegura que con el tiempo, su maestro de corte y confección colombiano le entregó todos los secretos del oficio. Hace 2 décadas instaló su propio negocio en el Centro Histórico, donde sus 3 hermanas y 2 hermanos le ayudaban.
Luego se trasladó al sur de Quito, donde labora con el apoyo de 3 operarios. Tras la suspensión de la Feria de Quito Jesús del Gran Poder en 2012, el trabajo ha escaseado más que antes.
Ello lo ha obligado a diversificar su producción, más allá de los trajes para matadores de toros. Aunque en los ruedos no logró la fama, su actual labor llena su vida. (I)