La gestión del nuevo comandante de la Armada, Luis Santiago Chávez, tiene 2 ejes. El primero, es el bienestar de su personal y el segundo, la repotenciación de 2 fragatas misileras. El equipamiento lo considera básico para que la Armada cumpla su misión: ejercer la soberanía del Estado en los espacios acuáticos. Y eso se vuelve un asunto de interés nacional, más aún cuando el presidente Rafael Correa ha dicho que el futuro del país está en el mar.

¿Cuáles serán los ejes de su gestión?

He delineado junto al Consejo de Almirantes los ejes de acción. El primero fundamentado en lograr el bienestar del personal en salud, educación y vivienda, basado en el apoyo que da el Gobierno Nacional. El presidente Correa está consciente de que la condición de vida de los militares siempre tiene que mejorar, a fin de que podamos cumplir con nuestras tareas.
En el ámbito de educación hay que mantener la calidad de las instituciones educativas nuestras que las estamos retomando ya que los liceos navales pasaron a pertenecer al Ministerio de Educación, pero ahora van a ser devueltos a la Armada.
El tema es importante porque permitirá mantener la calidad de nuestras instituciones educativas que siempre han sido tradicionales y que están directamente relacionadas con la educación de los hijos de todos nosotros, oficiales y tripulantes, sin ninguna distinción.
En el ámbito de salud, mientras nosotros estamos cumpliendo nuestra tarea, ya sea en el mar o en los diferentes repartos, la familia es la que se queda concentrada, muchas veces en Guayaquil o Esmeraldas, donde tenemos dos hospitales. Buscamos su mejora, el equipamiento, la preparación de nuestros especialistas.
El segundo eje de acción es que haya un fortalecimiento y una repotenciación de nuestros buques de superficie. La Armada son los buques. Sin ellos no tendríamos ninguna razón de existir. Ha habido un esfuerzo importante y un apoyo del Gobierno.

¿En cuanto a equipamiento cuáles son las necesidades?

Fundamentalmente lo que necesitamos es repotenciar y renovar nuestras unidades de superficie. Por ejemplo, las 2 fragatas misileras han concluido su vida útil. Entonces esos buques necesitamos renovarlos y no podemos quedarnos sin esas unidades grandes porque significan la presencia del Estado en el mar. Son buques grandes que tienen una autonomía para pasar 3 semanas en el mar.

¿Cuál es la situación de la seguridad en el mar? Teniendo en cuenta que los pescadores se quejan de continuos asaltos…

Más bien en los últimos tiempos, si vemos las estadísticas y lo reconocen los pescadores, las actividades ilícitas han disminuido fundamentalmente el robo de los motores fuera de borda y asalto. Hemos tenido que mover toda nuestra fuerza operativa, por ejemplo los 2 submarinos que están totalmente repotenciados. Son un arma estratégica, sin embargo los usamos para controlar, evitar y neutralizar estas actividades ilícitas. Con los buques, en las condiciones que tenemos, están presentes los 365 días del año, con nuestros aviones, helicópteros, aviones no tripulados, con todo lo que tenemos. Ellos proponen armarse.

¿Qué tan viable es eso?

No. Ese tema es inviable porque hasta ahora si los asaltan les roban el motor, pero no atentan contra la vida. En cambio, si el delincuente que va armado sabe que puede ser repelido entonces habrá muertos. Para nosotros lo más importante es preservar la vida de las personas. Si les roban un motor, por último lo pueden recuperar, pero la vida no tiene valor. La delincuencia lamentablemente no ataca en aguas ecuatorianas. Por el hecho de que en el mar no hay fronteras visibles, pasan a aguas colombianas y no podemos detenerlos. Normalmente empiezan a ser presa fácil en aguas colombianas.

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¿Los botones de seguridad están funcionando?

El Gobierno para contribuir con la seguridad, a través del Magap, estableció un mecanismo. El Estado adquirió un sistema de chips satelitales para lograr dos efectos: primero para saber dónde se encuentran las embarcaciones y con eso dar seguridad y en segundo lugar para que cuando se produzcan las emergencias, no solamente por acción delictiva, ese botón sea activado y llegue la señal a los puestos de control.
Sin embargo, no ha tenido resultado positivo hasta ahora dado que de los 4.000 dispositivos que adquirió el Gobierno se han logrado instalar solamente 1.200. El Presidente ha dispuesto que la Armada retome la actividad. Estamos en reuniones con funcionarios del Magap a fin de encontrar el mecanismo de que esos sistemas de seguridad y alerta sean traspasados a la Armada. Esos mecanismos no están generando operacionalmente lo que debíamos esperar, ya que depende de una transmisión satelital. En el momento que es activado el botón, el tiempo que demore esa señal en llegar a los puestos de mando es excesivo. Está casi superando una hora. Lo que sí tiene efecto es que al menos podemos encontrar a la persona y a la embarcación abandonada en alta mar. El pescador artesanal no está cercano a la costa, entonces el momento en que se recibe la señal de alerta activamos nuestra respuesta y para llegar allá necesitamos inevitablemente que sea a través de un helicóptero. Por eso se ha planteado la necesidad de que nuestros buques sean equipados con helicópteros de tal manera que nuestras unidades estén posicionadas en el mar y cuando haya una emergencia nos informan podemos reaccionar y llegar al punto donde se cometió el robo.

¿No hay preocupación por la seguridad del Issfa?

No. No realmente. Los mensajes que ha entregado el Presidente y la materialización de los actos nos hace preveer que no debemos preocuparnos del futuro de la seguridad social. El accionar de los funcionarios del Gobierno, encabezado por el Presidente, nos ha dado a entender que el Issfa es una institución que efectivamente perdurará en el tiempo porque la seguridad social de las FF.AA. es una obligación del Estado, en el mundo. Eso ha sido muchas veces repetido por el Presidente y que nosotros tenemos la confianza y creemos lo que él dice.

¿No hay una campaña de desinformación?

A veces sí se genera, pero en la Armada y en las FF.AA. siempre generamos información de primera mano. En estos días, como comandante general de la Marina, me he desplazado a los repartos, he estado en San Lorenzo, Esmeraldas, Guayaquil para poder transmitir de primera mano la información. Lo que he dicho en esta entrevista lo he repetido a nuestro personal.
De tal manera que con la confianza que tiene en el mando, nuestra gente sabe que estamos diciendo es la realidad. Esto es un asunto de credibilidad, con eso evitamos cualquier elemento que quiera distorsionar la verdad e intranquilizar las filas de las FF.AA.
Al menos en la Armada no lo lograrán porque somos gente que estamos acostumbrados en los mandos siempre a hablar con nuestro personal y entregarle la información de primera mano.