Historias de amor por Internet
Las relaciones a distancia siempre han existido. Solo hay que recordar cómo nuestros antepasados esperaban largos meses para recibir una carta y, aunque la tecnología ha cambiado la forma de comunicarnos y hasta relacionarnos en sentido afectivo y sentimental, el panorama sigue siendo el mismo, la espera.
¿Qué esperar de la persona que está al otro lado del monitor? ¿La espera tendrá su recompensa al final? Son algunas de las preguntas más comunes cuando nos enteramos de que alguien cercano a nuestro entorno tiene una relación a distancia. Pero la gran pregunta de todas es ¿Funcionan realmente las relaciones a distancia?
Según un reciente estudio publicado en la revista Journal of Communication, elaborado por la investigadora Crystal Jiang de la Universidad de Hong Kong y el profesor Jeffrey Hancock de Universidad Cornell (EE.UU.), las relaciones a distancia pueden ser incluso más exitosas que las convencionales.
Durante un tiempo, los profesores estudiaron los diferentes tipos de relación como el grado de intimidad, la forma de comunicarse, entre otros aspectos. Al compararlos, Jiang y Hancock encontraron que en las parejas a distancia había un grado mayor de intimidad.
“Te esfuerzas más por conocer a tu pareja e idealizas sus conductas al no tenerla cerca, dos tendencias que se manifiestan cuando se comunican en medios basados en mensajes de texto o correos electrónicos, ya que intentas superar las barreras de estos medios”, explican los autores. En definitiva, las parejas se esfuerzan por comunicarse más y conseguir así un mayor ‘efecto de intimidad’.
El mundo está lleno de ejemplos como el de la ecuatoriana María José Gómez, quien lleva 4 años de relación con el argentino Diego Andrés Campassi, a quien conoció por Facebook por medio de un amigo en común.
“A mí me pareció guapo cuando lo vi en las fotos de un amigo que viajó a Buenos Aires para estudiar. Le hablé de él y mi amigo nos puso en contacto. Al principio estuvo tímido y parecíamos bobos porque no teníamos mucho qué contar porque hacíamos cosas totalmente diferentes, hasta que fuimos encontrando nuestros puntos en común”, explica.
Para la orientadora familiar especializada en relaciones de pareja, Glenda Solórzano, este tipo de relaciones implican un prolongado proceso de “enamoramiento” porque el hecho de estar distantes hace más complicado conocer desde un simple ademán o la expresión corporal cuando se está enojado o feliz. “Aunque parezca mentira, el enamoramiento empieza a través del ingenio, intelecto y sentido del humor”.
Cuando las parejas se encuentran preparadas para conocerse —explica Solórzano—- comienza una nueva etapa que se centra en el reconocimiento y conocimiento corporal. “Muchas parejas se llevan mejor cuando se conocen físicamente porque existe un lenguaje corporal. La química es muy importante porque a partir de entonces la relación comienza a madurar”.
María José y Diego Andrés se conocieron un año y medio después y desde entonces no se han separado. Él viajó hasta Guayaquil y todo fluyó en favor de la relación. “Sentía que la conocía de toda la vida. La verdad es que la atracción física también influyó cuando estuvimos frente a frente. A los 6 meses nos fuimos a vivir a Buenos Aires y no nos fue muy bien. Ahora vivimos en Guayaquil y hemos fortalecido la relación y sin exagerar, cada día descubrimos cosas nuevas”, comenta el argentino. Otro ejemplo es el de Consuelo Sánchez quien conoció a su esposo español a través de una aplicación especializada en relaciones afectivas.
“Tenía 2 amigas que estaban conociendo a personas por esa vía y me entró la curiosidad. Lo intenté y de una conocí a una persona que no me gustaba al principio, pero él mostró mucho interés. Comenzamos a compartir muchas cosas hasta que me fue enamorando. La distancia fue un problema porque él trabajaba en Berlín en ese entonces. Pudo ahorrar y vino a vacacionar al país y empezó todo. Nos casamos en Madrid hace 2 años y hasta ahora todo ha sido bendiciones”.
Pero todo no es color de rosa. José Mario Rodríguez mantuvo una relación con una colombiana por casi un año. Todo empezó por una fuerte atracción física. Comenzaron a intercambiar criterios sobre sus intereses y aficiones hasta que decidieron denominarse “novios”.
Este ingeniero durante ese tiempo viajó en 3 ocasiones a Bogotá por su amada y, a pesar de que disfrutaba los momentos juntos, tenía la sensación que algo no andaba bien. “Ella no pudo sostener más la mentira y me confesó que estaba casada y que su esposo viajaba todo el tiempo porque trabajaba en una ONG. Quedé bastante dolido y me ha costado volver a confiar en este tipo de relaciones”.
El sexólogo Miguel Puig afirma que cuando ocurre este tipo de situaciones la confianza es lo primero que tambalea.
Nadie ha dicho que las relaciones a larga distancia son fáciles, pero tampoco significa que tengan que arruinarse. “Con el compromiso y la comunicación adecuados, las relaciones a larga distancia podrán ser más estables que aquellas geográficamente cercanas”, afirman los expertos. “Todo depende de tu actitud y estilo de vida”.
Consejos para mantener una relación a distancia estable
Los expertos aconsejan nunca perder el contacto. Debido a que no se verán en persona, es importante establecer y mantener una conexión emocional con la mayor frecuencia posible. Estas no siempre deberán ser conversaciones largas y profundas. La comunicación frecuente, sin importar lo insignificante que sea, demostrará que están lo suficientemente interesados en invertir tiempo y esfuerzo en la relación.
Establezcan el método preferido para comunicarse. Asegúrense de probar una variedad de tecnologías para determinar lo que funciona mejor para ambos, ya sean mensajes de texto, correos electrónicos o videollamadas.
Organicen los horarios. Si sabes que estarás demasiado ocupado para comunicarte, deja que tu pareja lo sepa de antemano y trata de mantenerte en contacto lo mejor posible.
Habla acerca de cosas mundanas y pequeñas como ir de compras o sobre una película. Los expertos aseguran que esto da la sensación de estar juntos. Planeen ver una película al mismo tiempo si sus horarios se lo permiten.
Procuren darse el tiempo para visitarse con la mayor frecuencia posible o en la medida que su presupuesto lo permita. Pueden fijar un lugar de encuentro neutral para crear recuerdos nuevos.
Conocer las preferencias de tu pareja también les será de utilidad a ambos cuando quieran intercambiar obsequios.
La confianza en una relación es vital, independientemente de la distancia. Hagan el mejor esfuerzo por ser fieles y eviten la tentación. Si cometen un error, es especialmente importante que sean honestos y cuenten la verdad en los casos donde mentir los beneficiaría. Por ejemplo, si te pusieras en una posición de tentación (como al ir a un bar), mentir con respecto a tu paradero te beneficiaría personalmente, pero la honestidad beneficiaría a tu relación.
Uno de los ejercicios más importantes es crear un vínculo. Compartan algo. Creen algo a lo que ambos puedan acceder, como un blog en línea o un libro de recuerdos. Esto les dará una nueva forma de comunicación y al mismo tiempo les brindará la sensación de que están produciendo algo juntos.
Podrían crear un blog de comida con sus aventuras culinarias, publicar en Instagram las fotos de sus entrenamientos o crear una etiqueta de Twitter únicamente para los dos.
Lean el mismo libro o artículo. Incluso pueden turnarse para leérselo en voz alta. Miren un programa de televisión al mismo tiempo. Mantengan una llamada abierta y compartan sus reacciones.
Aprendan juntos. Elijan un proyecto que a ambos les guste hacer, como tomar una clase de idiomas en línea o aprender a cocinar o hacer alguna manualidad. Mientras realizan estas actividades juntos, recuerda que tu pareja está pensando en ti, incluso si están lejos. Hacerlo puede fortalecer su vínculo.
Hablen de sus dudas, incertidumbres y miedos. Exploren los temas atemorizantes y difíciles junto con los buenos. Considérenlo como una oportunidad para explorar sus sentimientos de manera honesta. Reconocer los altibajos de tu pareja mientras están físicamente alejados te hará más tolerante y cómodo con sus puntos bajos cuando se vean en persona.
Si debes tomar un vuelo o utilizar otro medio de transporte público para visitar a tu pareja, inscríbete inmediatamente en un programa de buenas recompensas (puntos de viajero frecuente, por ejemplo). Esas millas se sumarán, las recompensas te ayudarán a mantener las visitas con el tiempo e incluso podrías hacer una o dos visitas sorpresa.