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¿El gusto por exponerse al sol puede convertirse en una adicción?

Foto: Tomada de Internet
Foto: Tomada de Internet
05 de julio de 2015 - 00:00

Ya sea en la ciudad o en la playa cuando se toma el sol la piel queda expuesta a una luz demasiado intensa. Es muy importante protegerse, de manera adecuada, para evitar quemaduras y prevenir el cáncer. La luz actúa como una energía que puede dañar y alterar las células de la piel y, a largo plazo, esto puede provocar cáncer.

¿Es verdad que la exposición al sol puede generar adicción?

Precisamente, un estudio publicado en la revista científica Cell revelaba que la exposición crónica a los rayos ultravioleta (UV) provoca la liberación de endorfinas (las llamadas hormonas del bienestar), que actúan, a través de la misma vía que la heroína. Al hacer la prueba en roedores se determinó una dependencia física y una auténtica conducta de adicción. El hallazgo parece explicar por qué muchas personas pueden sentir un deseo instintivo de pasar horas tomando el sol, a pesar de los conocidos riesgos para la salud.

¿Cuáles son los principales riesgos?

Las consecuencias más inmediatas son el enrojecimiento de la piel, que puede derivar en quemaduras de hasta segundo grado. También se presentan dolores de cabeza y estados de fiebre relacionados con la insolación.

¿También existen ventajas?

Entre los principales beneficios del sol en nuestro organismo se encuentran la mejora del tono muscular y el aumento de la resistencia en general. El sol incrementa nuestra respuesta inmunológica, reduciendo la incidencia de infecciones al aumentar el número de glóbulos blancos y linfocitos en la sangre. La capacidad de trabajo cardiovascular también mejora, así como el proceso respiratorio.

¿Cómo podemos evitar sufrir quemaduras?

La única defensa efectiva contra las consecuencias de la exposición al sol es la moderación. Según un estudio recién publicado en la revista científica Nature, el poder de los rayos del sol es tan fuerte que ni las cremas solares de factor 50 –el máximo– protegen completamente contra el melanoma. Berta López Sánchez-Laorden, coautora del estudio, asegura que el uso de estas cremas protege contra los daños inmediatos de la radiación, pero añade que esta radiación “puede dañar el ADN de las células y provocar cáncer”.

www.20minutos.com

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