El estornudo es un acto reflejo convulsivo que nuestro cuerpo realiza con el fin de expulsar sustancias irritantes y nocivas de las vías respiratorias. Por lo general, está relacionado con catarros, alergias y resfriados nasales.

Para que el estornudo se produzca, pasa por un proceso: en primera instancia, el cerebro recibe la señal de irritación nasal. Se envía una orden de contracción desde los músculos del esófago hasta el esfínter. Los músculos abdominales, diafragma, pecho, esfínteres, pulmones, párpados y, a veces, la garganta se articulan para provocar el estornudo y expulsar el agente irritante.

Al tener una participación conjunta de varios músculos, es importante dejarlo que fluya. De esta manera se evitan consecuencias peligrosas, pues cuando se lo reprime o se lo hace de forma incorrecta, sus repercusiones podrían ser graves.

Una técnica común para contrarrestarlo y que no debería usarse es hacer presión con los dedos en las fosas nasales. No obstante, según la ciencia, no es una buena idea porque se genera presión sobre las vías respiratorias, haciendo una presión de cinco a veinte veces mayor con la boca cerrada o la nariz tapada. Al no tener otra salida por dónde salir, puede recurrir principalmente a los oídos, los ojos y los vasos sanguíneos de la cabeza.

Las lesiones que se pueden producir por reprimirlo son:

- Roturas vasculares

- Sangrado nasal

- Hemorragias en la conjuntiva ocular o el tímpano

- Aneurisma, inflamación nasal o timpánica

- Dolor de oído

- Mareos

- Alteraciones auditivas

- Dolor de cabeza frecuente

- Rotura de costillas

- Desgarro de garganta

Entre las afecciones más leves se encuentra el sangrado a través de la nariz. Entre las afecciones más graves están los aneurismas cerebrales, desgarros en el esófago y faringe, e incluso hay personas que han sufrido colapsos pulmonares.

También te puede interesar: 

Chito Vera fue derrotado por decisión unánime en Dubai

¡Gracias, Lagarto! Jhonatan Narváez termina en el puesto 45 en ciclismo de ruta