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Ecuador, 25 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Subastarán cartas personales de Albert Einstein

Cuando no estaba ocupado ideando la teoría de la relatividad, parece que Albert Einstein pasaba un buen tiempo escribiendo letras para hablar de temas como Dios, los estudios de geometría de su hijo, e incluso una pequeña máquina de vapor que le regaló un tío cuando era un niño.

Las cartas de Einstein, que incluyen más de dos docenas de misivas, serán subastadas el jueves en la casa de subastas Profiles in History, en California. Algunas fueron escritas a mano y otras en máquina de escribir; algunas en inglés y otras en alemán.

Recolectadas durante décadas por un coleccionista privado, las cartas representan uno de los más grandes acervos personales de Einstein jamás ofrecidos a la venta.

Pero principalmente, ofrecen un inusual vistazo a las ideas del científico cuando no estaba discutiendo complicadas teorías con sus colegas, dijo Joseph Maddalena, fundador de Profiles in History, según AP. 

"Todos sabemos de sus logros, cómo cambió al mundo con su teoría de la relatividad", comentó Maddalena. "Pero estas cartas muestran el otro lado de la historia. Cómo aconsejaba a sus hijos, cómo creía en Dios".

En una de las misivas, Einstein pidió a uno de sus hijos que tomara más en serio sus estudios de geometría. En otra, consoló a una amiga que recientemente había descubierto la infidelidad de su esposo. En otra más, dirigida a un tío en su cumpleaños 70, Einstein recordó como una máquina de vapor de juguete que le regaló hace muchos años provocó su interés por la ciencia.

En cuanto a Dios, Einstein desmintió la creencia popular de que era ateo. "He dicho en repetidas ocasiones que, en mi opinión, la idea de un Dios personal es infantil", escribió a un hombre con el que intercambió dos misivas al respecto en la década de 1940. "Me pueden decir agnóstico, pero no comparto el espíritu del ateo profesional... Prefiero una actitud de humildad que corresponde a la debilidad de nuestro entendimiento intelectual ante la naturaleza y nuestro propio ser".

Maddalena espera que las 27 cartas se vendan entre 5.000 y 40.000 dólares cada una, para obtener ingresos de entre 500.000 y un millón de dólares. (I)

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