Restos de Pablo Neruda serán analizados en España
Algunas muestras óseas del poeta chileno Pablo Neruda serán analizadas en un laboratorio de España para comprobar si contienen toxinas, en el marco de la investigación para aclarar si murió de forma natural por el cáncer que padecía o si fue envenenado por agentes de la dictadura militar.
El sobrino del poeta, Rodolfo Reyes, aseguró este miércoles ante los medios locales que el juez Mario Carroza, a cargo de la investigación, autorizó el 17 de junio pasado el envío de una parte de los restos de Neruda para que sean analizadas en la Universidad de Murcia.
Las pericias serán supervisadas por el tanatólogo español Aureliano Luna, que participó en la exhumación de los restos del poeta el pasado 8 de abril en el balneario chileno de Isla Negra. “Se hace necesaria toda la colaboración de los países que tengan tecnología de punta”, dijo Reyes, quien consideró que el análisis de los restos en España es un paso “muy trascendente” en la investigación.
Otra parte de las muestras de Neruda fueron enviadas el pasado abril a un laboratorio de Carolina del Norte, en Estados Unidos, para someterlos a estudios toxicológicos. Las autoridades chilenas tratan de determinar si Neruda falleció de un cáncer de próstata en 1973, como señala la versión oficial, o si fue envenenado, como defiende el que fuera su chofer, Manuel Araya. Hasta ahora, los exámenes practicados a los restos del poeta solo han permitido confirmar que Neruda padecía un cáncer de próstata avanzado y metastásico.
El juez Carroza ordenó la exhumación de los restos del poeta el pasado abril para que los peritos del Servicio Médico Legal chileno y varios expertos internacionales certificasen las causas de su defunción hace 40 años.
Fue así, después de que el Partido Comunista de Chile presentara en 2011 una denuncia tras conocer el testimonio del antiguo chofer de Neruda, Manuel Araya, según el cual el poeta habría recibido antes de morir una enigmática inyección en el abdomen, nadie sabe explicar por qué.
En una aparición en la televisión, Araya reiteró en esas mismas fechas que la muerte del premio Nobel fue un “asesinato preparado” por el dictador Pinochet para evitar que abandonase el país, como de hecho planeaba hacer el día 22 de septiembre de 1973, uno antes de su muerte.