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El Telégrafo
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El canto es el talento favorito en ‘realities’

El canto es el talento favorito en ‘realities’
21 de septiembre de 2013 - 00:00

Los programas-concurso de canto, nombrados también ‘reality shows’, pues de alguna manera muestran ‘la realidad’ de los involucrados; son una excelente plataforma para aquellos que buscan una carrera artística. Un ejemplo claro es el de David Bisbal, que logró ser reconocido gracias a Operación Triunfo en su natal España.

Programas de televisión locales, que han adoptado este formato, también han impulsado a artistas ecuatorianos que hoy gozan de popularidad, con programas propios o franquicias, tal es el caso de: Pequeños Brillantes, Cantando por un sueño, Ídolos (Gamatv), Yo me llamo, Pequeños Gigantes (Teleamazonas) Ecuador tiene talento, Oye mi canto (Ecuavisa), entre otros.

Aunque cambie el nombre del espacio o el medio que lo transmite, el fin es el mismo: sacar a la luz a nuevos cantantes. Algunos de estos realities incorporan también el baile, o destacan otros talentos, pero el canto siempre será el fuerte de los reality shows que buscan a nuevos artistas.

Eso se puede ver en ‘Ecuador tiene talento’, de Ecuavisa, que aunque se da la oportunidad de mostrar todo tipo de talento, el canto tiene mayores participantes. “Todos ingresan a estos programas porque quieren tener una carrera musical. No hay nada inventado bajo el sol, sino que se trata de tomar ingredientes de otros programas y hacer una nueva fórmula. De eso se trata el éxito para mí”, manifiesta el productor Juan Luis Zanelli, que cuenta con una amplia trayectoria y experiencia realizando estos programas.

Zanelli tuvo a su cargo en Gamatv a los realities: Nace una estrella, Cantando por un sueño y Pequeños brillantes. En Ecuavisa trabajó en ‘Oye mi canto’, y actualmente es el productor del  espacio ‘Ídolos’, en Gamatv.

“Para que el programa tenga éxito, el público debe identificarse con los cantantes y con lo que sucede en el programa. Cuando se trabaja con franquicias hay que regirse a muchos parámetros. Pero los programas propios se los adapta a la realidad del país”, acota Zanelli.

La opinión del productor es compartida por la socióloga Mery Astaíza, quien resalta que tocar esa ‘realidad’ es lo que motiva a los televidentes a que consuman estos programas una y otra vez. “La gente ve estos realities porque de alguna manera trata de introducir su vida, y los productores saben que para vender el programa es fundamental esa identificación entre los participantes y los televidentes”, añade.

María del Carmen Arellano, productora de ‘Yo me llamo’ de Teleamazonas, también confía en los programas-concurso de canto, pues miles de personas en todo el país asistieron a la convocatoria que hicieron cuando comenzaron a trabajar en la franquicia. “El canto da mucho entretenimiento y la gente se ve reflejada en los participantes. El sueño de muchos es presentarse frente a un público, frente al país, tener una audiencia que los aplauda”, manifiesta Arellano.

Impulsar la carrera artística de los participantes es una de las características de los realities de canto, pero también se busca ayudar a otras personas a través del espacio. “Cuando se hizo ‘Nace una estrella’ en el 2000, no se enfocó a lo social, pero con ‘Cantando por un sueño’ sí porque los concursantes tenían que tener una meta por cumplir. Actualmente en Ídolos se hace algo similar porque implica cantar por una causa noble, y a la vez que se conviertan en el nuevo ídolo de música popular”, comenta Zanelli.

¿Y después del concurso...?

Para la socióloga Mery Astaíza, la pregunta qué deberían hacerse los creadores de los realities es: qué pasa luego con quienes participan en estos programas, pues muchos tienen una fama fugaz generada por el medio de comunicación que les da constante promoción, pero posteriormente esto se olvida.

“La gente termina siendo un objeto usado después de terminada la coyuntura de éste éxito entre comillas, porque es un éxito construido en un tiempo determinado. El riesgo más fuerte es que se exhibe la intimidad y se hace pública porque la gente cuenta sus problemas afectivos, de salud, económicos. Los creadores de estos programas buscan que gane alguien que sea común para los ciudadanos, y es por eso que incluso la pobreza o la discapacidad puede ser utilizada como marketing al magnificar los sentimientos”, indica Astaíza.

Para Arellano, productora de ‘Yo me llamo’, lo más importante es la promoción que tienen los cantantes con el programa. “La gente que llega a la final termina haciendo de esto una carrera y la exposición que tienen durante los meses que dure el reality los ayuda a ser reconocidos”, dijo.

Zanelli se une a ese comentario y añade que el rol del medio es darlos a conocer para que puedan comenzar su carrera musical. “Hay que ser claros y siempre digo: ‘zapatero a tu zapato’. Somos productores de programas de televisión y no productores musicales. En Ecuador no tenemos una industria musical grande, y que los cantantes hagan un disco y se mueva en el medio es difícil, pero los ganadores pueden lograr que otras personas los contraten”, menciona.

Esto es algo que supo aprovechar bien el cantante manabita Maykel Cedeño, quien en 2009 ocupó el tercer lugar en Pequeños Brillantes. En ese programa conoció a Jorge Luis Bohorquez, gerente general y Productor de Borkis Entertainment, quien lo invitó a ser parte del proyecto ‘Alégrate es Navidad’, en el que Maykel interpretó villancicos junto a Daniel Betancourth, Los Intrépidos y Jorge Luis del Hierro. Este 2013 Maykel lanzó su carrera en solitario con la bachata pop ‘A prueba de todo’ y reconoce que haber ingresado al reality le sirvió como una ‘patada de buena suerte’.

La belleza cuenta

Aunque uno de los aspectos principales es que los televidentes se identifiquen con los participantes, después que el programa ha seleccionado a un ganador, la imagen de esa persona es más importante que antes, según lo indica la socióloga Mery Astaíza.

“Después no solo es la voz de la persona sino su estética porque si una persona es cantante necesita también de la belleza. Los concursantes son un objeto de consumo que se van a modificar según las necesidades del mercado. Los realities siempre buscan generar un modelo: de vida, estético, de éxito. Todo esto es una imagen que se vende y está asociado a la belleza”.

Ese aspecto lo detalla Zanelli al hablar de la diferencia que tiene el programa Ídolos con otros concursos de canto. “El aspecto físico es lo que menos importa en Ídolos. No se trata si el chico tiene ‘pinta’ o si la cantante es guapa. Se busca que canten y tengan y carisma, al igual que los artistas populares del Ecuador”, concluye Zanelli, que sabe que como productores de televisión no están ‘inventando el agua tibia’ con estos programas, pero sí mostrando a los televidentes lo que quieren ver.

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