Reino Unido dejará de fabricar y vender máquinas de escribir
El Reino Unido ha dejado de producir máquinas de escribir y en una planta del norte de Gales salió ayer de fábrica el último ejemplar de este aparato popular antes de la revolución informática.
La compañía Brother fabricó la última máquina de escribir que se elaborará en el Reino Unido en su fábrica de Wrexham, en el norte de Gales, que abrió en 1985 y que hasta la fecha había producido 5,9 millones de estos aparatos, según informa la cadena BBC.
Esta última pieza, fabricada por el británico Edward Bryan que trabaja en la fábrica desde 1989, reposará a partir de ahora en el Museo de la Ciencia de Londres, al que la empresa ha decidido regalar el ejemplar. “La máquina de escribir aún ocupa un lugar especial en los corazones de la gente. Por ello, y por su importancia histórica en el negocio de la comunicación, creímos que buscarle un hogar en el Museo de la Ciencia sería un tributo adecuado”, explicó Phil Jones, responsable de la filial británica de la estadounidense Brother.
El objeto pasará a formar parte de la colección de más de 200 máquinas de escribir que acoge el museo, cuyos responsables se han mostrado muy satisfechos por el regalo. “Esta pieza representa el fin de una tecnología que ha funcionado durante 130 años y ha sido importante para muchas vidas. Este modelo nos permitirá explicar la historia de cómo la tecnología ha evolucionado para satisfacer nuestras necesidades comunicativas", dijo Rachel Boon, comisaria del museo.
Brother ha terminado la producción de esta máquina en el Reino Unido a causa de la drástica caída de la demanda en este país, aunque seguirá construyéndolas en sus fábricas asiáticas para el mercado estadounidense.
La primera máquina de escribir conocida fue inventada en 1830 por William Burt, aunque su éxito comercial no llegó hasta la década de 1870 cuando Christopher Sholes y Carlos Glidden firmaron un acuerdo con la compañía Remington para producir masivamente los aparatos.
Los colegios de América Latina también han reemplazado en sus salones las máquinas de escribir por computadores personales, con acceso a Internet, en algunos casos.
Por más de un siglo, los centros educativos del mundo han impartido la materia de mecanografía para enseñar a sus estudiantes a utilizar el teclado de las tradicionales máquinas de escribir.