En la lucha contra el covid-19, el Ecuador tuvo acercamientos con otros países, lo que permite crear mecanismos para replicar las buenas prácticas y compartir las decisiones positivas.

¿Cómo ve el manejo de la política exterior del Ecuador en la pandemia?
El Ecuador ha hecho todo lo posible para mantener sus principales contactos con los líderes más importantes del mundo para luchar contra el covid-19.

Con la canciller alemana, Ángela Merkel, abordaron temas tanto de la agenda bilateral como del escenario internacional e intercambiaron experiencias. Alemania probó ser ejemplar en este tema. También el presidente (Lenín) Moreno conversó con Donald Trump para solicitar ayuda. El año pasado, la suscripción del memorando de entendimiento entre el administrador de la Usaid y el canciller José Valencia abría de nuevo las relaciones de cooperación entre EE. UU. y Ecuador.

A eso se debe que la Usaid donó $ 8 millones en asistencia al Ecuador que estuvo destinada a transporte, logística, comunicación de riesgos y esfuerzos de extensión humanitaria, agua, higiene y saneamiento. Importante fue la asignación de $ 2 millones para asistencia en salud, fortalecimiento de la capacidad existente y capacitación a personal médico.

En junio, Moreno se reunió virtualmente con su homólogo chino (Xi Jinping) para abordar temas sobre la pandemia y mecanismos para enfrentarla. Agradeció la donación de 15 toneladas de insumos médicos. Por ello considero que el trabajo de acercamiento que ha hecho la Cancillería ha sido impecable.

¿Cómo observa las acciones que tomó el país en torno a la salud?
El Gobierno hizo lo mejor que pudo para atender una enfermedad tan devastadora. No estábamos preparados, igual que la mayoría de países en el mundo. Al principio dimos traspiés y nos volvimos noticia mundial, pero luego el Gobierno desplegó una acción sostenida para poder dar atención. Tanto que se ha logrado bajar casi totalmente el número de infectados. Creo también que la acción fue prácticamente exclusiva del Gobierno central y no de las autoridades locales. En Quito la acción ha sido confusa y tardía. Nos sentimos desprotegidos.

¿Cómo evalúa las medidas que tomó el país en torno al área de traslado de ecuatorianos y de extranjeros?
En este rubro soy testigo presencial. La Universidad Central tuvo decenas de docentes y estudiantes varados en diferentes lugares del mundo.
Pudimos coordinar con la Cancillería su retorno, y el trabajo que se hizo a través de los consulados fue impecable. Sobre este tema se refirió el Embajador de EE. UU. el 4 de julio y agradeció la ayuda a sus conciudadanos.

¿Qué piensa sobre lo que hizo Ecuador en torno a la educación?
Este cambio de lo presencial a lo virtual ha sido muy complicado en Ecuador. Se considera que al menos una cuarta parte de los niños, jóvenes y universitarios o no tienen conexión de redes o no poseen dispositivos para seguir clases. Como resultado vemos que se están haciendo esfuerzos para mantener la educación, y que, desgraciadamente, hay niños y jóvenes que están abandonando las aulas.

¿Qué acciones recomendaría usted que se mantuvieran en torno a este tema?
Estar atentos a las políticas de cooperación de los países. Elaborar proyectos que respalden las solicitudes de fondos. Mantener las relaciones exteriores de forma cordial, respetando y entendiendo que la cooperación tiene aspectos políticos que se deben tratar con firmeza, decisión y de acuerdo a la tradición de la política exterior ecuatoriana que ha sido de paz, respeto y neutralidad por los países.

Debemos estar agradecidos por los gestos de generosidad de Canadá, Estados Unidos, China, Corea del Sur, Israel, México. En la Dirección de Relaciones Internacionales de la UCE seguiremos trabajando para el bien de nuestra comunidad universitaria. (I)