Hasta 2021 se debe disminuir violencia contra niños y adolescentes
El 36% de las niñas y adolescentes del país se sienten inseguras cuando transitan fuera de su barrio; y el 43% cuando viajan en transporte urbano. Además seis de cada 10 violaciones tienen como víctimas a integrantes de este grupo poblacional.
El informe “Niñez y adolescencia desde la intergeneracionalidad” de 2016, elaborado por el Observatorio Social, revela también que los espacios donde los niños y jóvenes deberían sentirse más seguros es donde más violencia pueden sufrir.
“En la sociedad ecuatoriana existe un comportamiento socialmente aceptado que normaliza la violencia como arma fundamental de la formación de niños y adolescentes”, refiere el estudio e indica que el 44% de los padres de familia que vieron violencia en sus hogares de formación repiten esa conducta.
Esos datos motivaron al Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) a delinear el Plan Nacional para la Prevención de la Violencia contra la Niñez y Adolescencia, cuyo objetivo a 2021 es disminuir en el 35% las agresiones físicas, psicológicas, sexuales y de desatención.
El primer paso que se plantea es un cambio de patrón cultural a través de la educación y campañas de comunicación que concienticen a la población sobre los derechos que tienen estos grupos poblacionales.
“Se deben promover las relaciones parentales saludables, así como la corresponsabilidad del Estado y la sociedad, creando entornos seguros en lo público, privado, medios de transporte, es decir en todo ámbito”, precisó Fernando Sánchez, asesor del MIES.
El funcionario explicó que es necesario el fortalecimiento de los sistemas de protección y cuidado especializado con jueces, fiscales y psicólogos expertos en temas de niñez y adolescencia.
“Se debe adoptar un sistema único de información nacional que nos permita conocer qué está pasando con los distintos tipos de violencia en el país. Al momento solo se tienen datos de las juntas protectoras de derechos de forma aislada”.
El plan incluye, además, la reducción de factores de riesgo individuales y específicos para los niños y adolescentes en mayores condiciones de vulnerabilidad, con énfasis en la prevención e intervención en los entornos cotidianos de los mismos.
“Es necesario articularnos a los profesionales que conocen estos casos para tener una mejor visión del tema y, además, establecer tiempos dentro de los cuales cumplir los objetivos”.
Para Nicolás Reyes, secretario técnico del Consejo Nacional para la Igualdad Intergeneracional (CNII), es necesario dejar de pensar que los niños y adolescentes son cosas y tratarlos como los sujetos de derechos que son.
“Para eso, la sociedad, el sistema educativo y el Estado deben garantizar todas las condiciones de seguridad, salud y recreación para que los infantes y menores de 18 años puedan disfrutar de una vida libre de violencia”.
Embarazo precoz
Anualmente, alrededor de 2.000 adolescentes menores de 14 años desarrollan una gestación forzada producto de una violación.
Según el Ministerio de Educación, 2.500 adolescentes dejaron sus estudios por embarazo en 2015; mientras la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu) reveló que cada año desertan del sistema educativo 104.000 estudiantes, en su mayoría por la gravidez prematura.
Precisamente, este aspecto es uno de los que más inquieta a las jóvenes del país.
Angie Sandoval, integrante del movimiento “Por ser niñas”, recalcó que es necesario romper los estereotipos que definen los roles de hombres y mujeres, a fin de impulsar la equidad de género.
Cree necesaria la existencia de este plan como una forma de disminuir la violencia sobre todo hacia las niñas, que por esa condición sufren mayor vulnerabilidad.
Este movimiento será parte de la veeduría que vigilará el cumplimiento de la propuesta para erradicar todo tipo de agresión.
“El punto de partida debe ser el respeto mutuo porque hombres y mujeres somos seres humanos con la misma capacidad”, refirió Angie.
Berenice Cordero, titular del MIES, destacó la creación de una comisión ocasional -en la Asamblea Nacional- para tratar sobre la reforma al Código de la Niñez y Adolescencia.
“Es importante que exista esta comisión para abordar los temas de niñez porque no se pueden repetir casos de abuso sexual, ni de ningún otro tipo contra la niñez y adolescencia. Como Estado debemos garantizar que esto no ocurra más”.
Para la educadora infantil Alexandra Díaz la creación de un plan de erradicación de la violencia es un mecanismo de orientación para todas las personas que de alguna manera tienen contacto con los niños y adolescentes.
“Tristemente aún hay hogares en los que vulneran los derechos de sus hijos por precautelar la relación con el resto de la familia, aun cuando se trata de agresión sexual que deja graves secuelas”. (I)