Combinar el masaje terapéutico tradicional con la aplicación de piedras calientes sobre la piel es una técnica que combinada junto a aceites esenciales da como resultado una energía vital en todo el cuerpo. Además calma el estrés y el dolor físico.

Aunque existen varios tipos y tamaños de piedras, las más recomendadas son las de origen volcánico. Estas se ubican en distintas partes del cuerpo, previo a ello son colocadas en una olla donde son calentadas. El tratamiento puede durar entre 45 minutos a una hora.

Evelin Ibarra terapista profesional de Novavita explica que el calor de las piedras ejerce su proceso sobre el cuerpo. La experta dice que en la espalda es donde se concentra mucho el estrés. También ayuda a la liberación de toxinas.

''Las piedras volcánicas retienen más el calor, estas tienen que ser lisas para no hacerle daño al paciente. Al ponerlas sobre el cuerpo ayuda a las articulaciones, dan una sensación de alivio al dolor''. 

Así agregó que en el mercado existen piedras volcánicas de diferentes tamaños, pues el masaje puede ser incluso solo facial (con piedras pequeñas) que sirve para oxigenar el rostro. También se pueden colocar piedras calientes entre los dedos de los pies. De lo contrario, se puede disfrutar de una relajación más completa con un masaje corporal con piedras calientes grandes.

Las piedras utilizadas para el masaje deberán ser calentadas en agua a una temperatura de 120 grados Fahrenheit.

Por lo general y en la mayoría de centros de relajación, se acostumbra colocar las piedras calientes por unos minutos en todos los puntos del chakra del cuerpo, a lo largo de la columna, para que el calor pueda llegar a estos puntos y obtener una mayor relajación.

El concepto de chakras nace en la cultura hindú y son ruedas giratorias o vórtices energéticos que se encuentran por todo el largo y ancho de nuestro cuerpo.

Esta clase de masajes proporciona menos presiones en el cuerpo, ya que la forma en la que la terapista moverá las piedras será suave pero con firmeza, dado que en lugar de usar solamente sus manos, también utilizará las rocas. (I)