Una británica aboga para que el período menstrual femenino deje de ser un tabú
Una de cada 10 niñas en África se pierde la escuela por falta de acceso a tampones
Laura Croyton tiene una campaña activa desde marzo de 2014, a través de su organización Change.org. Ella propone que las toallas sanitarias y tampones dejen de ser objetos de lujo para las adolescentes y mujeres de escasos recursos en países pobres como África.
“Necesitamos saber por qué los gobiernos mantienen impuestos a los productos de higiene sanitaria como si fuesen un lujo, pero se subvenciona el combustible a los jets privados y otros artículos”, dice Croyton en una entrevista al portal del Foro Económico Mundial. Como ocurre en otros países de la Unión Europea, Australia y muchos estados de EE.UU., el país nativo de Croyton, Inglaterra, tiene un impuesto a los productos sanitarios.
El mensaje que desea dar esta activista es que las toallas sanitarias y los tampones son una necesidad y no un lujo. A pesar de ello, para el 82% de las mujeres (adolescentes y adultas) en el mundo aún es un producto difícil de comprar. En lugares como la India, donde el tabú de la menstruación sigue vigente en especial en el campo, el 70% de mujeres usa trapos viejos de ropa durante el período.
En Siria, las refugiadas en campamentos reciben cupones para comprar o canjearlos con productos llamados ‘esenciales’, pero entre estos no están incluidos los tampones. “Ellas son forzadas a cambiar sus pertenencias para pagar por una toalla sanitaria o simplemente no usarlas”, revela con desagrado la activista británica.
Datos de la Unicef indican que cuando las mujeres o las niñas, que recién empiezan la pubertad, no tienen acceso a estos productos sanitarios son discriminadas, pierden clases en la escuela y afrontan enfermedades vaginales o infecciones en las vías urinarias. En muchos casos afecta su capacidad de reproducción de por vida.
La problemática no termina allí. Una investigación del colectivo ‘Girl Effect’ explica que una de cada 10 niñas en África se pierde la escuela o deja el plantel porque atraviesa el período menstrual y no tiene acceso a un tampón o producto sanitario. Cuando se desagregan las estadísticas por país, el panorama es menos alentador. En Sierra Leona 1 de cada 5 niñas no va a la escuela por esta causa. Y en Nepal y Afganistán, 3 de cada 10 pequeñas se quedan en casa debido a esta razón.
Para Croyton, es importante que otras mujeres, en países de ingresos medios y altos, sepan que lo que ellas consideran una práctica normal como comprar tampones en la tienda, en otras partes del planeta es un problema muy grave.
En medio de esta realidad hay iniciativas que son destacadas por el Foro Económico Mundial. Por ejemplo, en India en 1998 el recién casado Arunachalam Muruganantham se dio cuenta de que su esposa no tenía suficiente dinero para afrontar el período menstrual.
El joven creó una especie de toalla sanitaria a bajo costo, para que las mujeres en comunidades rurales puedan comprarlas, incluso diseñarlas. Cerca de 2 décadas después, la idea se ha replicado en 110 países, incluso fue llevado a un campamento de refugiados en Jordán.
Muruganantham se ha negado en varias ocasiones a vender la patente de su idea a una corporación privada, pues considera, al igual que Croyton, que la falta de acceso a productos sanitarios es una forma de inequidad hacia las mujeres. (I)