Trasplantes de rostro dan una nueva vida a 40 personas en el mundo
A los 18 años, Katie Stubblefield perdió la cara cuando resultó gravemente herida por un disparo que se propinó al intentar suicidarse.
Ella puso el cañón del rifle de caza calibre 38 de su hermano debajo de su barbilla y apretó el gatillo.
La gravedad de las heridas de Katie la condujeron a decenas de cirugías; sin embargo, la única opción real que quedaba para devolverle las funciones básicas como masticar, respirar y tragar era realizarle un trasplante de rostro. Así, a los 21 años, se convirtió en la persona más joven de los Estados Unidos en someterse a la cirugía aún experimental.
Su trasplante, el tercero en Estados Unidos y el 40 en el mundo, será uno de los más extensos, convirtiéndola en un sujeto de por vida en el estudio de esta cirugía todavía experimental.
La operación duró 31 horas y su historia está recogida en la edición de septiembre de la revista National Geographic.
El procedimiento realizado incluye trasplante del cuero cabelludo, la frente, los párpados superiores e inferiores, las cuencas oculares, la nariz, las mejillas superiores, la mandíbula superior y la mitad de la mandíbula inferior, los dientes superiores, los dientes inferiores.
También los nervios faciales parciales, los músculos faciales y la piel, según un comunicado emitido por la Clínica Cleveland, la institución que realizó el trasplante.
Como esta cirugía aún se considera experimental, sus gastos no están cubiertos por las compañías de seguros Medicare y Medicaid en Estados Unidos. Pero la Sociedad Estadounidense de Trasplante Reconstructivo logró que el Instituto de Medicina Regenerativa de las Fuerzas Armadas (Afirm) pagara la operación de Katie. Esta entidad quiere mejorar los tratamientos para el personal militar herido en la guerra.
Joachim Kohn, uno de los directores de los proyectos de investigación de Afirm, dijo que la iniciativa nació después de la Segunda Batalla de Fallujah, el conflicto más sangriento de la Guerra de Irak.
Un documento publicado en 2015 informó que 4.000 miembros en servicio en las guerras en Irak y Afganistán sufrieron lesiones en sus rostros, alrededor de 50 considerados catastróficos.
La francesa Isabelle Dinoire, la primera persona en someterse a un trasplante parcial de cara en el mundo en 2005, falleció en 2016. Mientras el primer trasplante total de rostro fue realizado por médicos españoles en 2010. Sin duda el caso más llamativo es el del francés Jérôme Hamonde, 43 años, quien tuvo dos trasplantes de rostro debido a una enfermedad genética. La última intervención fue el pasado 15 de enero y hasta ahora es considerada un éxito. (I)