Según estudio, las mujeres vivirán más tiempo que los hombres
Para 2060, la esperanza de vida de las personas de la tercera edad (entre 65 y 80 años) en el Ecuador tendrá un considerable aumento.
Esto quiere decir que dicha población llegaría a superar los 4 millones de personas. Por otro lado, aquellos con más de 80 años llegarán a sumar 1’425.000, lo que representaría una reducción en la natalidad.
Así lo reveló el estudio “Perfil epidemiológico de las personas adultas mayores, esperanza de vida, morbilidad, discapacidad”, a cargo del Instituto Nacional de Investigaciones Gerontológicas (Iniger) del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).
La investigación fue presentada en Vilcabamba, localidad de Loja, cuyo reconocimiento como la más longeva del país y de América Latina responde a que algunos de sus habitantes viven, en promedio, hasta 120 años.
El informe señala que en los siguientes 38 años, el promedio de esperanza de vida en adultos mayores será mayor a nivel nacional.
Luis Rosero, funcionario de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología, (Senescyt), explicó los datos técnicos bajo los cuales se desarrolló el estudio. Las conclusiones se basaron en los registros de defunciones, ingresos hospitalarios, y datos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) a partir del censo efectuado en 2010; más los datos de la encuesta Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE).
Con ese antecedente, Rosero informó que el periodo de vida en hombres es más corto que en mujeres. Así, un abuelo tendrá una esperanza de vida de 83 años, mientras que las abuelas podrán vivir, se calcula, hasta los 85.
Noralma Ordóñez, técnica del MIES, explicó a los representantes de la Organización Provincial de Adultos Mayores que la esperanza de vida en la población se debe básicamente al tratamiento de enfermedades que hace 30 años se cobraban la vida de las personas de la tercera edad. La influenza, tuberculosis, malaria, infecciones intestinales, entre otras, ahora son fácilmente tratables, explicó la especialista.
No obstante, Ordoñez recordó que en la actualidad las enfermedades cardiovasculares, los diferentes tipos de cáncer y la diabetes son todavía las causas de decesos más comunes en los adultos mayores.
La diabetes aparece entre las tres primeras causas de egresos hospitalarios del país debido a que muchos de los adultos mayores desconocen que viven con esta enfermedad, lo que dificulta su tratamiento; en otros casos los pacientes no cumplen rigurosamente con las disposiciones profesionales.
Las estimaciones del estudio no son aisladas.
Según el Plan Nacional para el Buen Vivir, estrategia de desarrollo para el período 2009-2013, los cambios poblacionales que se prevén para Ecuador hacia 2025 apuntan a un progresivo aumento de la población mayor de 65 años.
Según dicho Plan Nacional, en el 2020 existirían 3.3 millones de personas más que en la actualidad viviendo en Ecuador.
Además, se estima que el porcentaje de la población de 15 a 64 años se elevará del 63% al 66%, y el rasgo novedoso es que la población de 65 y más años se incrementará del 6 al 9,3 por ciento.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el año 2000 había alrededor de 42 millones de personas mayores de 60 años en América Latina.
Para 2020, la población de la tercera edad en la región tendrá un incremento vertiginoso hasta los 82 millones de adultos mayores.
Según el censo de 1990, en el Ecuador había 895.000 mayores de 65 años. En la actualidad, la población adulta mayor está conformada por más de 941.000 ecuatorianos. Solo en Pichincha, los adultos mayores llegaban a los 128.666 en 2010, mientras que para 2020 esa población llegaría a 187.753.
Cecilia Ramos, médica geriátrica, reconoció que en los últimos 10 años se ha dado mayor atención a las personas de la tercera edad, gracias a la implementación de nuevas normas, el mejoramiento de servicios médicos y estrategias para fortalecer la calidad de vida de este grupo humano. Ejemplo de ello, dijo, es el debate que se realiza actualmente en la Asamblea Nacional para tratar la ley del adulto mayor.
“Este grupo está siendo mejor atendido, sin embargo todavía hay mucho por hacer”, puntualizó la especialista.