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Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Garantizar la salud emocional y mental de la población, reto global

Alfredo T. se sentía enfermo, con fiebre, “bajoneado”, confundido, con desmayo al cuerpo y demás síntomas, por lo que creía de “seguro estoy con el coronavirus y me voy a morir”.

Con esos síntomas, “carcomiéndose” psicológicamente, Alfredo estuvo desde el 20 de marzo hasta el 27 de mayo.

Siempre le venían a la mente los peores pensamientos: que sus pequeños hijos de seis y ocho años quedarían huérfanos si algo le pasara a él y a su esposa Patricia, a causa de la enfermedad.

El 22 de mayo, luego de retornar de Guayaquil por cuestiones de trabajo ya que es funcionario público, “el alma le volvió al cuerpo” al conocer que resultó negativo en contagio de covid-19, tras realizarles en su institución las pruebas PCR.

Tras el susto, ya que Alfredo no estaba enfermo sino que lo suyo era algo psicológico, ahora labora algo más tranquilo, pero sin descuidar las normas de bioseguridad y distanciamiento social, para no llevar la enfermedad a casa ni volver a sufrir un estado emocional igual o peor.

Enfermedades mentales asociadas con la pandemia
Expertos nacionales y extranjeros coinciden en señalar que ya habían advertido que con la pandemia y la consecuencia de muerte de familiares, pérdida de empleo, problemas económicos, variación en la rutina de vida, el confinamiento, entre otros factores, aumentarían las enfermedades emocionales.

Incluso, no descartan recaídas en la salud mental de personas que ya lo padecían antes la pandemia.

Esto podría allanar el camino hacia una nueva crisis en el sistema sanitario en cada país, lo cual también fue alertado hace pocos días por la misma Organización Mundial de la Salud (OMS).

La semana pasada, vía virtual se dio el encuentro  “Avances en el covid-19 y su impacto en la Salud Mental”.

Allí, el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y el director del Instituto Gregorio Marañón de Madrid, Celso Arango, alertó sobre lo antes señalado.

Dijo que el reto es analizar el impacto del coronavirus en la salud mental y el futuro en la atención psiquiátrica tras la pandemia. Añadió que en su país existe un estudio que muestra que el 16% de la población general ya sufre problemas de ansiedad causados por el confinamiento.

Expertos de otros países y de Ecuador (ver entrevista) sostienen que el resultado del encierro y el aislamiento social se reflejará en el aumento de consultas y atención psiquiátrica y psicológica. Por su parte, en el foro virtual “La depresión en tiempos de covid-19”, el vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, Víctor Pérez, dijo que hay datos de confinamientos pasados que hablan de la complejidad de las enfermedades mentales. “En situaciones de estrés, siempre aumenta la sintomatología de la ansiedad, depresión, aumento del abuso de tóxicos y de conductas suicidas”.

Por ello, cada país en la prevención. (I)

 "Ecuador y el mundo deberán  tomarse en serio la salud mental"

Byron Bustamante Granda, investigador y experto en Psicología Clínica, Evaluación y Diagnóstico

 ¿Ecuador debe prepararse para atender un incremento de problemas psicológicos y de salud mental en su población a consecuencia de la pandemia?

Ecuador y el mundo deben prepararse para lo que se conoce como la “cuarta ola”, que es justamente la de los problemas de salud mental,  aquella curva incluso mayor a casos de salud física que habrá, y más extendida en el tiempo.

Eso significa que vamos a tener más casos de covid-19 y otras enfermedades.

Tiene que ver con el incremento de cuadros de depresión; ansiedad; de personas que pueden pasar al abuso o dependencia de drogas; con tendencias patológicas que presentan ahora una sintomatología más grave; las intenciones y los actos suicidas...

Ahora, por ejemplo, son más evidentes problemas de sueño, ansiedad, miedo,  depresión... Esto, porque desde los primeros días y semanas nos vimos muy afectados por el exceso de información, incertidumbre y por estar aislados.

Uno de los grandes problemas que vamos a tener será la escasez de profesionales en salud mental formados para atender un incremento...

¿Se deberá prestar atención a los sectores más vulnerables?

La prioridad nacional en atención física y mental deben ser los adultos mayores; niños; adolescentes; privados de la libertad; personas que antes de la pandemia ya tenían problemas graves de salud mental con psicosis, Alzheimer; trastornos; enfermos de coronavirus estigmatizados por su círculo cercano; y también quienes vivieron la muerte de algún ser querido. (I)

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