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Ecuador, 21 de Diciembre de 2024
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El piropo abre el debate sobre el acoso en las calles

El piropo abre el debate sobre el acoso en las calles
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Según la RAE, piropo es la palabra o expresión de admiración, halago o elogio que se dirige a una persona. Para el sociólogo, Homero Ramírez, el piropo puede ir y venir de persona a persona sin importar su edad, raza o género y generalmente resaltar los atributos físicos de quien lo recibe.

Ramírez explica que el hombre históricamente se ha visto en la necesidad de recibir incentivos o motivaciones de todo tipo. “Al ser humano siempre le gusta recibir algún tipo de incentivo. Por ejemplo, en el trabajo, un incentivo puede ser que el jefe le dé una palmadita en el hombro a su empleado como muestra de agradecimiento o felicitación por un trabajo bien hecho. El piropo –dice- también es un incentivo o una motivación hacia otra persona, hacia la amistad, hacia el amor, hacia la belleza…en esencia eso es un piropo”.

Explica que el piropo o halago puede propinarse dependiendo de las circunstancias. Por ejemplo, si en la calle una mujer recibe un piropo “apropiado, mesurado, oportuno y creativo”, puede resultar un incentivo para quien lo recibe, aún viniendo de un desconocido. “He visto personas que hasta lo agradecen”, acota.

Sin embargo, dependiendo de la circunstancia anímica en que se encuentre la persona, el piropo puede clasificarse como “bueno o malo”, refiere el catedrático.

“Cuando uno va a una fiesta está predispuesto a recibir halagos de todo tipo. Cuando se va por la calle no siempre se va predispuesto a recibir halagos ni insultos tampoco, entonces, cualquier piropo de un desconocido puede resultar insoportable. Todo depende de la circunstancia anímica de las personas, de la forma y palabras que se usen”, asevera.

El debate en Ecuador

“Hoy caminé de mi casa a la tienda Al Tiro en Los Ceibos, tengo pasar por la UPC para llegar. Un policía me gritó "Preciosa" desde su carro. Al darme cuenta que era un carro de policía, estallé. Esto pasó afuera de la UPC de la Policía”, denunció esta semana en Twitter, Catherine Torres, en Guayaquil. El hecho se viralizó de inmediato y abrió nuevamente el debate.

El comportamiento del agente de la Policía fue conocido por la ministra de Gobierno, María Paula Romo, quien utilizó la misma red social para disculparse y lamentó elcomportamiento inaceptabledel agente y adjuntó un telegrama firmado por la Directora General de Personal, en el que recordó las normas de buena conducta.

El general Ramiro Ortega, de la comandancia de la Zona 8 de la Policía Nacional, aseguró que a través del área de Talento Humano de la institución, el telegrama de la Ministra fue repartido a todo el personal policial.

“Lamentablemente los policías también son humanos y puede equivocarse en ocasiones. Por eso es bueno que cada cierto tiempo se les recuerde las normas de conducta para evitar caer en situaciones como estas”, dijo.  

Para el sociólogo Ramírez, cualquier elemento de la policía mientras ande de civil puede ubicarse en el espacio normal que tiene cualquier otro ciudadano, pero cuando porte su uniforme, “no puede andar galanteando” a las mujeres porque su trabajo específico es resguardar a los ciudadanos de la delincuencia.

“Lo mismo ocurre para un agente de tránsito o un militar. Todo uniformado debe ubicarse en el espacio en el que se encuentra, especialmente porque están representando una institución”, explica.  

Halago o acoso

Aunque critica lo que considera como "exageración" de ciertos grupos feministas, el sociólogo Robert Párraga reconoce que en tiempos actuales el piropo se hadegenerado” y cae en la “grosería, provocación y la manifestación de deseos inadecuadas hacia la mujer”.

Esto es precisamente lo que ha obligado a varios grupos de activistas a expresar su rechazo a tal conducta.

María Fernanda Carrera, activista feminista, asegura que –desde su experiencia personal- los piropos que ha escuchado nunca han sido de una formagentil” y por eso está en contra de esta práctica.

Carrera, quien ha participado de varias manifestaciones públicas en pro de los derechos de la mujer, señala que las personas deben entender el contexto en que se presenta estas situaciones.

Guayaquil tiene altos índices de inseguridad y que una persona se te acerque, te diga algo obsceno resulta intimidante porque no sabes qué intenciones tenga. He visto casos que hasta han querido tocarte”, comenta. “No solo son las palabras sino es la forma en que se lo dice”, agrega la activista.

Precisamente sobre este tema, Soledad Cabrelles, experta en lingüística, licenciada en Filosofía, dice que la entonación refuerza la expresión del lenguaje al poder manifestar una amplia gama de actitudes como excitación, aburrimiento, sorpresa, cordialidad, etc.

Las características de la voz constituyen un elemento importante para el diagnóstico de diversas alteraciones en el ser humano. “Es común que al escuchar la voz de una persona, los oyentes siempre están listos para establecer juicios sobre personalidad y, con frecuencia, se escuchan comentarios como ‘se le nota en la voz que está preocupado’ o ‘por la voz se nota que es una persona con mucha fuerza de voluntad’.

Lo cierto es que el tema sigue generando discusiones y hasta agresiones verbales contra quien denunció el hecho.  Homero Ramírez señala que cuando se debate un tema de carácter social es bueno agotar el tema, aunque esto represente –en un inicio- llegar a un extremo sea cual sea la postura porque, al final de toda discusión, con el tiempo las cosas se van quedando por la mitad.

“Al inicio la gente se va por los extremos, pero luego se van dando cuenta que si se mantienen en esa postura no se avanza en la discusión. Entonces van cediendo posturas y ambas partes encuentran un punto medio de discusión y posiblemente una solución”. (I)

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