Obispo dice que un aborto puede ser más "traumático" que una violación
Un obispo católico irlandés afirmó este viernes 11 de mayo que algunas mujeres que abortan después de sufrir una violación consideran que la terminación del embarazo es "más traumática" que la propia agresión sexual.
El prelado Dermot Farrell, de la diócesis de Ossory (este), también criticó a los hombres que abandonan a sus parejas durante el periodo de gestación, pues, en su opinión, eso les "da más motivos" para abortar.
El obispo efectuó esas declaraciones mientras transcurre la campaña sobre el referéndum del aborto que se celebrará en este país el próximo 25 de mayo.
"Ante todo, la violación es un acto violento y un crimen violento contra la mujer. Y, a veces, lo que percibo de mujeres que han sido violadas es que el aborto que sigue a una violación es mucho más traumático", aseguró Farrell.
El electorado irlandés está llamado a las urnas para decidir en un plebiscito si se elimina de la Constitución la llamada "octava enmienda", que garantiza de igual manera el derecho a la vida del "no nacido" y de la madre.
Esta provisión solo permite la interrupción del embarazo en circunstancias excepcionales y convierte la legislación vigente en una de las más restrictivas de Europa, pues incluye la amenaza de suicidio, pero no contempla casos de incesto, violación o malformaciones del feto.
La Iglesia católica ha pedido el "no" en la consulta, pues cree que abre la puerta a los llamados "abortos a la carta" y a la terminación de embarazos de "no nacidos" con malformaciones físicas o psíquicas.
Aunque el Ejecutivo de Dublín, dirigido por el partido democristiano Fine Gael, no ha dado aún detalles, el Ministerio de Sanidad considera la posibilidad de permitir el aborto en todas las circunstancias durante las primeras doce semanas de embarazo.
Farrell ya indicó el pasado marzo que la propuesta para "eliminar" de la Constitución el "derecho a la vida" de un "niño inocente" para favorecer los "derechos personales y civiles" es "paradójica y engañosa".
"No existe una vida humana que no tenga valor", recalcó el obispo. (I)