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El Telégrafo
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Entrevista / Carolina Lissoni y Ezequiel Álvarez / Viajeros que recorren Latinoamérica

"Nos preguntamos: ¿Por qué no podemos vivir viajando?"

"Nos preguntamos: ¿Por qué no podemos vivir viajando?"
19 de marzo de 2016 - 00:00 - Redacción Sociedad

A diferencia del turista que busca unos pocos días en otro lugar, los argentinos Carolina Lissoni y Ezequiel Álvarez prefieren sumar experiencias, tomándose el tiempo que ellos consideren necesario para ‘vivir’ realmente cada pueblo o ciudad que visitan. Lissoni, de 25 años, es licenciada en Relaciones Públicas y su novio, Álvarez, de 29 años, trabajaba en una consultora de sistemas como programador; pero decidieron darle un giro a sus vidas.

Desde el 20 de septiembre de 2015 dejaron su natal Buenos Aires para emprender un viaje por Latinoamérica junto a su mascota ‘Gala’. A bordo de ‘la chata’, como bautizaron a la kombi en la que se movilizan, ya visitaron Chile, Bolivia, Perú y en estos días recorren la Sierra de Ecuador. Hoy cuentan a EL TELÉGRAFO su travesía.

¿Por qué decidieron emprender esta aventura sobre ruedas?

La verdad es que teníamos muchas ganas de viajar y estábamos muy, muy cansados de la rutina. Pasábamos muchas horas trabajando para tener 15 días de vacaciones al año… cuando la ecuación nos dejó de cerrar, nos preguntamos: ¿Por qué no podemos vivir viajando? Y bueno, acá estamos. Ya a punto de cumplir medio año en las rutas.

¿Qué vehículo utilizan? ¿Significa algo para ustedes?

Viajamos en una Volkswagen Kombi modelo 87, argentina, como nosotros. La tenemos hace 3 años y desde que decidimos el viaje, pasamos mucho tiempo acondicionándola para que se convierta en un hogar sobre ruedas. Le instalamos una cama/sillón, una bacha (lavamanos), una cocina a gas y 2 mueblecitos que nos permiten mantener el orden. Significa mucho: ¡Es nuestra casa! Y además, es un símbolo del viajero a nivel mundial.

¿Cuáles han sido los lugares que más les ha llamado la atención?

Los tres lugares que más nos gustaron son: Iruya, un pueblito perdido en medio de las montañas en el norte argentino. Sus colores, su gente. Todo es muy especial y nos encantó. El salar de Uyuni, en Bolivia. Es un lugar único en el mundo. Tuvimos la suerte de poder pasar dos noches adentro, y se siente como estar en otro planeta.
Vilcabamba, en Ecuador. Es un lugar con una energía muy especial, muy linda. La gente es muy amable, el clima es ideal y el paisaje del valle es hermoso. Nos quedamos varios días, pero es uno de los pocos lugares en los que dijimos ‘acá podríamos vivir un tiempo’.

¿Cómo los ha tratado la gente en los lugares que han pasado?

Por suerte, todo el tiempo encontramos muy buena gente en el camino. Podemos dar miles de ejemplos de personas que nos ayudaron. Uno se sorprende, porque viniendo de una gran ciudad, donde no te conoces ni con tus vecinos, no se espera tanta ayuda desinteresada. Pero con el tiempo aprendimos a aceptarla y a agradecerla de corazón. Mucha gente se nos acerca y nos dice ‘están cumpliendo mi sueño’. Es una sensación rara. Pero la mayoría nos da una mano, y es muy lindo.

En su página de Facebook aparecen fotos con ‘Gala’ y tienen un post de una ‘Guía para viajar con tu perro por Latinoamérica’. ¿Qué tan difícil ha sido irse de viaje con su mascota?

‘Gala’ tiene dos años. La rescatamos en Tandil, Buenos Aires, cuando tenía cuatro meses, y desde ese momento no se separó de nosotros. Cuando decidimos el viaje, la idea era que Gala se quede en Buenos Aires. Nos imaginábamos que iba a ser imposible recorrer el continente con un perro. La realidad es que el día que intentamos dejarla, no pudimos. Nos la pasamos llorando y así fue como, una semana antes de salir, decidimos que ‘Gala’ venía con nosotros. Hoy podemos reconocer que fue la mejor decisión que podíamos tomar. Ella nos divierte, nos acompaña y nos hace superfelices verla correr y disfrutar en cada lugar nuevo al que llegamos.
La verdad es que no fue nada difícil. Hay que hacer papeles y trámites en algunas fronteras. Pero más allá de eso, ‘Gala’ es una compañía hermosa para nosotros.

¿Han conocido más gente interesada en emprender la misma aventura que ustedes?

¡Sí! Hay gente con ganas de viajar por todos lados. Muchos nos escriben a nuestra página con dudas y consultas, porque están preparándose para salir. Nosotros intentamos contestarles a todos y animarlos a que salgan. Hay tanto para conocer, que cuantos más seamos viajando, mejor.

¿Qué elementos no pueden faltar en ‘la chata’, que ustedes consideran indispensables?

¡La cama! (risas) es lo mejor. Cuando la armamos, es como estar en casa. Es una gran ventaja viajar con tu cama, con tus sábanas y almohadas. También tenemos libros, que nos ayudan en los momentos de aburrimiento. Siempre intentamos tener una buena reserva de comida: frutas, verduras, fideos y arroz no pueden faltar. Nos salvan cuando tenemos que dormir en el medio de la ruta o hacer distancias largas.

¿Qué extrañan de su hogar?

Lo que uno más extraña, sin duda, son los afectos: nuestras familias y nuestros amigos. Juntarse con ellos y compartir momentos. Sacando las personas, extrañamos mucho la heladera y el baño. Darte una ducha caliente un día frío o una bebida helada en un día de mucho calor, son cosas que uno empieza a valorar mucho cuando no las tiene.

¿Cuánto fue su presupuesto de viaje y cómo hacen para seguir obteniendo recursos para avanzar a próximos destinos?

Salimos con una base, pero nuestra idea es ir generando ingresos, porque cuanto menos gastemos, más podremos viajar. Vendemos artesanías. (Caro hace tejidos como sacos, gorros, mandalas y Eze elabora pulseras y llaveros). Solemos armar una ‘tienda’ con la kombi, y siempre la gente se acerca y colabora con nuestro sueño. Dependiendo del lugar, salimos a vender comida.

¿Qué planes tienen luego del viaje? ¿Esperan regresar?

¡Qué pregunta difícil! (risas). Sabemos que queremos volver a Argentina, pero todavía nos falta mucho. Nuestra idea es llegar a México y allí decidir si seguimos subiendo o emprendemos la vuelta. Capaz terminamos en Alaska… (risas) el tiempo dirá. Por lo menos calculamos 2 años de viaje, así que estamos por un cuarto del recorrido.

Luego de la muerte de dos turistas  argentinas en Montañita, se ha cuestionado el turismo en nuestro país. ¿Recomendarían los sitios que tenemos a otros turistas?

Nosotros no sabemos cómo es Montañita, porque no fuimos por la playa. Todos los lugares que conocimos los recomendamos muchísimo, nos sentimos muy bien tratados y son hermosos.

¿Qué destacan de Ecuador?

La gente es muy generosa y trata muy bien a los turistas, uno se siente muy a gusto acá. Además, en pocos kilómetros podés ver paisajes completamente diferentes. La Sierra, la Costa y la selva, es un país que enamora.

¿Qué experiencias les ha dejado este recorrido?

Aprendimos a conocer los lugares viviendo en ellos. Todo te hace perder el miedo y te hace confiar más en la gente. Te dan ganas de seguir conociendo lugares y personas. Te hace pensar que hay tanto por ver, que no tenés ganas de perderte nada. Nos hizo ser más compañeros, más tolerantes. Somos más felices. (I)

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