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Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
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Especial coronavirus

Negocios resisten en la pandemia con medidas

Negocios resisten en la pandemia con medidas
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Coloridas señaléticas sobre los pisos, rejas, mesas y mamparas de vidrio se observan en los negocios para advertir sobre el uso obligatorio de la mascarilla, cumplir el distanciamiento y evitar tocar superficies contaminadas al tomar las escaleras eléctricas o el ascensor.

Con el paso de la semaforización al amarillo, en al menos 80 cantones del país, los negocios tienen como propósito recuperar las ventas que durante la emergencia sanitaria estuvieron paralizadas, sin descuidar la protección de sus empleados y clientes.

Para lograrlo debieron adoptar diversas medidas de seguridad. El miércoles 3 de junio, por la mañana, Marjorie Méndez recibió a tres clientes en el salón de belleza para el que trabaja en un conocido centro comercial, al sur de Guayaquil.

En el local los empleados, que antes de incorporarse se sometieron a una prueba para descartar casos de covid, trabajan por turnos, no prestan el baño ni ofrecen revistas o bebidas como antes lo hacían. Ahora en el lugar hay estaciones de dispensadores de alcohol y una bandeja sanitizante al ingreso.

Marjorie anhela que la ciudad pronto avance al verde para ampliar el aforo y recibir a más clientes en ese camino hacia la recuperación.

Francisco Swett, decano de la Facultad de Economía de la UEES, opina que cualquier señal de apertura en la economía es necesario. “El cambio de la luz al amarillo permitirá que el golpe sea más suave. Pero eventualmente el país va a tener que pasar al verde porque la economía ya no aguanta. Según el Fondo Monetario Internacional, la pérdida del PIB de Ecuador es de $ 15.000 millones, es decir el 15%”.

La institución superior junto a la Espol analizaron la resistencia y la falta de efectivo de 31.000 empresas. El cambio del horario del toque de queda, de 21:00 a 05:00, también ha permitido que una persona cuente con más tiempo para movilizarse, pasear y hacer compras.

Recientemente Quito dejó el rojo para pasar al amarillo. Según la arquitecta Interior, Carla Fuentes, la recuperación de los negocios será lenta. "Estamos en una época crítica a nivel mundial y qué hay que sumar todos los esfuerzos y concienciar a la gente que debemos todos poner de nuestra parte".

Añade que el cambio del color del semáforo permite que la producción sea más rápida por los temas de movilidad del personal y abastecimiento de los insumos necesarios para la construcción de muebles.

La especialista en diseño y fabricación de muebles de madera señala que las medidas tomadas de bioseguridad en su taller fueron el uso continuo de mascarillas, la disminución de gente en el taller, y en entregas el uso de uniforme y guantes. "Cuando hago entregas yo exijo que estén colocadas las mascarillas para poder tener el cuidado necesario y la limpieza previa del calzado".

Para continuar con su negocio tuvo que reinventarse al ofrecer soluciones para entrar limpios a casa con espacios de desinfección ofreciendo muebles de recibidor y zapateras, y escritorios en varios modelos para el teletrabajo. Asimismo, en línea del mobiliario infantil presentó opciones para educación online como los muebles a medida y para espacios reducidos.

El martes 2 de junio de 2020, por ejemplo, un grupo de personas consumían alimentos en un centro comercial del sur de Guayaquil. Allí, las mesas con senalética están separadas y otras son unipersonales.

Para ingresar al supermercado o una tienda, los clientes pasan por un control efectuado por empleados que les toman la temperatura, piden introducir sus pies en bandejas sanitizantes y esparcen alcohol en el cuerpo. Así se vive la nueva normalidad en los centros comerciales de Guayaquil.

En otro sector de la ciudad, en el suburbio oeste, hay farmacias que dibujaron círculos para el distanciamiento o cubrieron las rejas con un plástico grueso para evitar contagios. Sin embargo, en la mayoría de los negocios de comidas no se cumplen las medidas.

Dany Alarcón, dueño de Bon Apetite, un negocio de comidas rápidas, volvió a abrir y generar ventas. Él pide mantener el distanciamiento, pero muchos no hacen caso.

Yahaira Guale, quien trabaja en un asadero, reconoce que con el semáforo en amarillo las ventas aumentaron. Pese a que a cada segundo esparce alcohol sobre el mesón en el que se despacha, no lleva puesta la mascarilla. Este tipo de errores son los que busca evitar Cocina Segura, un proyecto entre World Chef y la Asociación de Chefs de Ecuador.

Daniela Yánez, miembro de la asociación y propietaria de SMAcademy, explica que a través de capacitaciones los dueños de huecas o restaurantes pueden conocer sobre el distanciamiento de las mesas según el local, el buen uso de las mascarillas, guantes y el lavado de manos, a fin de que los clientes y sus empleados se sientan seguros.

En el proyecto más de 50 capacitadores de unas 20 escuelas y academias de gastronomía del país. Al finalizar el curso que dura tres días los dueños de los locales reciben una certificación de Cocina Segura. "Las instrucciones empiezan esta semana en cada escuela. Por ejemplo, en la mía iniciará el 15 de junio".

Yánez reitera que con el proyecto buscan reactivar los negocios y evitar el cierre. (I)

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