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Especial coronavirus

Médicos y su titánica batalla para salvar vidas del covid-19

Médicos y su titánica batalla para salvar vidas del covid-19
Ilustración: El Telégrafo
30 de marzo de 2020 - 00:00 - Redacción Sociedad

Soportan jornadas de más de 24 horas vistiendo trajes de protección que deben cambiarse con la mayor rapidez y cuidado posible hasta más de tres veces durante el día.

En una carrera contra el tiempo y contra el virus covid-19, los médicos una vez equipados con botas, gorros, mascarillas N95, gafas y triple guantes comienzan su maratónico día, el cual transcurre entre la auscultación de pacientes, uno tras otro, todos con síntomas de coronavirus.

“El trabajo es extremadamente agotador, estresante y doloroso. Las mascarillas que usamos llegan a lacerar la nariz por el uso prolongado. No hay tiempo para pensar solo para actuar”, relata Bruno Nativí, de 27 años, médico postgradista de la Universidad de Guayaquil y residente tres en el hospital de Solca.

Allí él junto a otros galenos reciben a pacientes oncológicos y otros infectados del virus, lo que hace que tratarlos sea más complejo. “Es duro cuando muchos me piden que no los deje morir y a pesar de todos los esfuerzos fallecen, como también ver a pacientes tan jóvenes”. Esa escena es la que se vive a diario en las áreas de emergencia y salas de cuidados intensivos en los hospitales de Ecuador.

La angustia y el estrés aumentan en médicos, enfermeras e intensivistas con la llegada de enfermos que requieren accesos venosos y en los casos más graves ser intubados para recibir asistencia respiratoria con los ventiladores mecánicos.

Lo más duro se presenta cuando tienen que decidir a quién retirar o colocar el ventilador. “Son los momentos más difíciles para las familias de los pacientes y el personal médico. Nos dicen que somos héroes, pero no es así”, asegura Bruno.

En esa batalla por salvar vidas los profesionales de la salud enfrentan otra lucha: ganarle al miedo de contagiarse y morir. Suman 154 el personal infectado y otros que han fallecido. Sin embargo, ese miedo los hace ser más cautos al momento de tratar a una persona infectada, asegura el neurólogo Luis Yépez del Hospital General Los Ceibos, del IESS.

Para él, cada día es complicado. Hay mucho desgaste físico y mental. “Lo más difícil es mantener el ánimo del personal a mi cargo y tratar de evitar los episodios de depresión y ansiedad que produce perder una batalla diariamente”, dice.

Por ello pide a los ecuatorianos que sean solidarios al quedarse en casa. “Sepan que nosotros estamos arriesgando nuestras vidas para salvar a sus familiares y que solo pedimos que ustedes se queden en casa para evitar que haya más de un familiar o amigos en esta situación”.

Una médica intensivista de Solca, que prefiere no revelar su nombre, contó que ella está infectada al igual que otros trabajadores. A pesar de la fiebre y el malestar decidió no dejar el área sola.

“Es difícil esta tarea, pero hicimos un juramento. Estamos viviendo tiempos difíciles en los que solo nos queda confiar en Dios. Voy ayudar hasta que las fuerzas me den”, promete, aunque ello represente seguir separada de sus hijos. Lleva 15 días sin verlos para protegerlos del virus altamente contagioso.

Un gran número de médicos ha optado por irse a vivir solos para cuidar a sus familias del virus. Ellos acortan distancias con videollamadas y mensajes por WhatsApp.

Bruno considera necesario que las cadenas hoteleras den alojamiento y comida.

En medio de la compleja situación que viven los profesionales de la salud asoma una buena noticia. Se trata de un paciente con covid-19 que en los próximos días podría ser el primer extubado del Ecuador. “Tiene 40 años y tiene altas probabilidades de ser despertado”, cuenta Manuel R., quien trabaja en el área de cuidados intensivos del Hospital Abel Gilbert Pontón de Guayaquil.

Él, como muchos galenos, pasó por un shock emocional al recibir a sus primeros pacientes. A pesar de que se está haciendo un manejo correcto y llevando esquemas terapéuticos “sabemos que nos enfrentamos a una enfermedad muy complicada porque la mortalidad es alta”.

En el nosocomio -señala- hay especialistas que están en observación por covid-19. “Eso nos preocupa porque a cualquiera de nosotros nos puede tocar”.

A eso se enfrentan todos los días los médicos en su labor de salvar vidas ante el azote del coronarivus.

Estudiantes de Medicina dan apoyo a través de plataformas

Las universidades públicas y privadas del Ecuador se han sumado en la lucha contra el coronavirus.

En la Universidad de Guayaquil 174 estudiantes de los últimos años de las carreras de Medicina y Enfermería son parte del equipo de apoyo del call center de CNT.

Los voluntarios desde sus casas receptan las llamadas telefónicas que ingresan a la línea 171 habilitada para atender e identificar posibles casos de covid-19, según la sintomatología.

Por su parte, la Universidad de Especialidades Espíritu Santo, de Guayaquil, ofrece asistencia psicológica mediante el número 042500950 (9010) para descongestionar las llamadas al 171. Alumnos del último año de psicología y docentes darán el servicio.

Otros centros académicos como la Espol y la UTPL, en cambio, trabajan en la elaboración de mascarillas y respiradores artificiales.

Antecedentes
Primer caso en Ecuador
El 29 de febrero el Ministerio de Salud dio a conocer el primer caso de covid-19. Una mujer de 73 años que había llegado de España tuvo que ser hospitalizada. La septuagenaria murió después de pasar dos semanas.

15 hospitales centinelas inicialmente se designaron para atender a los infectados, pero en la actualidad se supera esa cifra.

Canales de telemedicina
Los ecuatorianos a través de llamadas al 171 notifican los síntomas para ser derivados a una casa de salud. A ello se suma la app Salud EC para obtener el agendamiento de la cita. (I)

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