La mala nutrición genera obesidad o desnutrición en los infantes
La alimentación en los primeros 1.000 días de un niño determina qué tan exitosa será una persona de adulta. Así lo determina el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La entidad señala que el impacto de la primera infancia en el desarrollo es una característica peculiar que distingue al ser humano de otras especies. La etapa prenatal y los primeros tres años de vida constituyen un período crítico para el desarrollo cognitivo, del lenguaje y de las destrezas sociales y emocionales de las personas.
Lo que sucede con un niño en esta etapa es determinante para su bienestar presente y futuro: el 40% de las habilidades mentales del adulto se forman en los tres primeros años. Así lo corroboran nutriólogos infantiles del país.
Uno de los grandes obstáculos para los padres se presenta cuando se incorpora la alimentación complementaria a la lactancia materna.
La nutrióloga Jenny Zambrano, del hospital de niños Francisco Icaza Bustamante, enfatiza que la aceptación de diversidad de alimentos por parte de los niños empieza desde la gestación. “Lamentablemente, los padres no nos alimentamos bien y eso crea un mal hábito en casa, lo que genera que no se cumpla con las necesidades de nutrición”.
Explica que desde la gestación el niño experimenta sabores dentro del vientre materno y esto continúa durante la lactancia. “El líquido amniótico tiene un sabor que el niño puede percibir a partir de la semana 24”. Por ello, recomienda que las preferencias alimentarias se desarrollen hacia alimentos saludables desde la gestación.
Así lo confirma América Almeida. Durante su embarazo su alimentación no fue la adecuada y su hija nació con bajo peso. Recuerda que no consumía vegetales, pero sí frutas y eso es lo que prefiere la niña. Luego de los cuidados especiales logró que su primogénita, quien ahora tiene 3 años, eliminara la anemia y, aunque tiene casi dos libras menos de su peso ideal, se encuentra estable.
Alimentación complementaria
La Organización Mundial de la Salud recomienda que la lactancia sea exclusiva hasta por lo menos los 6 meses, y opcional hasta los 2 años.
Pero a partir de los 12 meses el infante ya tiene una dieta complementaria integral y debe ser incorporado a la mesa y consumir la misma dieta familiar, pero en menores cantidades.
La recomendación es que a los alimentos de los niños no se les agregue sal, azúcar o exceso de condimentos, puesto que ellos no tienen una preferencia alimentaria.
Roxana Vélez tiene una hija de 2 años y por recomendación médica optó por no incluir sal o azúcar en su alimentación. Por esta costumbre su hija acepta frutas y vegetales sin problemas. Ella sabe que cuando la menor vaya a la escuela seguramente sus preferencias cambiarán, pero es consciente de que los primeros años serán determinantes en su desarrollo.
Unicef dentro de su campaña los primeros 1.000 días explica que los mayores cambios ocurren en el cerebro y se dan durante los primeros dos años de vida.
Se trata del período de la vida en que el cerebro experimenta un crecimiento único: su tamaño se duplica y el número de sinapsis neuronales crece exponencialmente.
El documento señala que estas modificaciones constituyen un verdadero cimiento para la actividad cerebral. Al igual que una casa, todo lo que se pretenda construir estará determinado por la fortaleza y la extensión de dichos cimientos.
La nutrióloga recuerda que cuando el niño recién empieza a consumir alimentos, suele rechazarlos y eso no significa que no le gusten; se trata de un reflejo de protusión, que hace que devuelva lo que tiene en la boca con ayuda de la lengua. Para superar esta etapa y desarrollar en el infante una aceptación o preferencia alimentaria se debe ser constante.
Desnutrición y obesidad
El nutriólogo infantil Nixon Rivas, quien atiende en la clínica Alcívar, en Guayaquil, destaca la importancia de que las personas que cuidan a los niños tengan el conocimiento de cuáles son los requerimientos de su alimentación.
“A mi consulta llegan los padres con el niño, pero ellos no pasan en el día con él y por consiguiente no son quienes lo alimentan. No sirve de mucho que vengan cuando la persona que se encarga de esa tarea no pone en práctica las recomendaciones”, explica.
Los expertos afirman que la mal nutrición en los infantes se ha vuelto un problema más frecuente en el último lustro. Desde su experiencia manifiesta que la falta de tiempo de los padres es una de las principales causas para el desorden alimenticio.
Una particularidad que antes no era común es que ahora hay menores con sobrepeso, pero con anemia. Para esta situación, los galenos entrevistados contemplan dos realidades, que difieren, como las causas del problema nutricional.
En el caso de Jenny Zambrano detalla que la falta de ingresos ocasiona que los menores tengan una mala alimentación. El tema socioeconómico es uno de ellos. “Para unos puede ser más barato comprar comida chatarra que alimentos saludables”. También incide la cultura y sus costumbres alimentarias, que influyen en la alimentación del niño.
Menciona que no se trata solamente de los alimentos, sino de diferentes situaciones. Por ejemplo, las líneas de consumo que son promocionadas deliberadamente por los medios de comunicación, que no son saludables, también inciden en los niños. A ello se suma la tendencia de que ahora los niños deciden qué quieren comer y los padres lo permiten.
Otro tema en el que coincide el doctor Nixon Rivas es en la reincorporación de la madre al trabajo, lo que genera que el menor quede al cuidado de terceras personas que suelen consentir a los niños u optar por dar alimentos poco saludables.
Ambos galenos detallan que la falta de tiempo ocasiona que la familia consuma comida preparada fuera del hogar. “Ellos no saben cómo realmente la preparan o si es saludable, pero es lo más rápido”, dice Rivas.
Según su experiencia, el exceso de comida chatarra, en el último lustro, generó niños obesos pero anémicos. El 99% de sus pacientes llegan con algún tipo de inconveniente. “Aquí no vienen niños sanos, ahora el 70% presenta cuadros de desnutrición o talla baja, pero el 30% es obeso con mal nutrición”. (I)
La comida saludable previene la obesidad y las enfermedades. Foto: Inetrnet