Jorge Caicedo, de 18 años, se sienta en una de las últimas  bancas del aula PB-7 en el campus del Instituto Tecnológico Bolivariano (ITB) en Guayaquil. Lleva puesta la camiseta y una gorra de Barcelona.

Él comparte el salón con  otros 34 estudiantes y está atento a las secuencias, intervalos y patrones para entender el dominio abstracto.

El joven, que aspira a estudiar medicina en la U. de Guayaquil, rendirá por segunda ocasión la prueba Ser Bachiller (que da acceso a la alma mater pública). La primera vez obtuvo 791  puntos.  “Este examen es mi futuro, determina si me quedo estancado o sigo con esa carrera”.

Jorge reconoce que en las pruebas anteriores no se preparó lo suficiente; pero en esta ocasión contrató a un profesor particular de matemáticas para que lo instruya tres veces a la semana. Eso le cuesta $ 18 la hora.

“Además, tomé el curso de nivelación de la Senescyt. La demanda de medicina es  alta y necesito un buen puntaje”.

Actualmente, en las cuatro sedes del ITB se capacitan 3.165 bachilleres: en el campus de la Atarazana hay 1.300 matriculados en las jornadas matutina, vespertina, nocturna y los fines de semana.

Según Edwin Palma, subsecretario de acceso a la Educación Superior de la Senescyt, en el territorio nacional se inscribieron 35.943 para el curso de nivelación; y 8.843 en Guayas. De los aspirantes, el 2,8% se identificó afrodescendiente; el 2,87, blanco; el 0,85%, indígena; el 0,49% montuvio, y el resto, mestizo.

“El proceso, que finalizará el 23 de enero, se ha desarrollado con normalidad y se ha dado seguimiento a las instituciones que dan el servicio”.

En Guayas están habilitados cinco centros de capacitación: ITB, el Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap), el Instituto Superior Tecnológico de Formación Profesional Administrativa y Comercial, las Universidades de Milagro y de Santa Elena.

Palma comentó que los estudiantes han demostrado interés por la nivelación, pero también hay deserción. La preparación, que empezó el 30 de octubre, dura 10 semanas y 250 horas.

Para aprobar la capacitación, el alumno deberá cumplir con el 80% de asistencia y el 80% de tareas.

Ruddy García, quien es docente del curso del ITB e imparte el dominio de actitud abstracta y de lingüística, contó que una de las mayores falencias de los alumnos es la falta de análisis en la lectura.

“Si no tienen desarrollada esa habilidad, les va a tomar más tiempo responder las preguntas del examen”.

El fin de semana culminará la preparación en el componente abstracto e iniciarán el dominio de orientación vocacional.

Esfuerzo de estudiantes
Jorge Cazar, de 18 años, para resolver el examen eligió como sede al colegio Emilio Isaías.  Por tercera vez se presentará al test. En la última prueba sacó 790, pero no le alcanzó para medicina.

Desde los 10 años Jorge sueña convertirse  en doctor. “Después de ver el programa Dr. House, me prometí que sería el mejor”.

El joven -hijo de una ama de casa y de un radiotécnico- considera que ha mejorado  el dominio social. Él diariamente viaja desde El Triunfo.

Giuseppe Ayerve resolverá la evaluación por tercera vez. Ahora se postulará para ingeniería en sistemas y derecho. “La nivelación nos ayuda porque refresca los conocimientos de los graduados hace varios años”.

Cecilia Reyes, madre soltera, postuló el año pasado para estudiar educación parvularia. “Carecía de los conocimientos adecuados y obtuve 640. Mi anhelo es ser maestra, pero se requiere de 800 a 1.000. Ahora es más exigente que antes”.

Ella se graduó en el colegio hace 7 años. “He mejorado bastante en este curso de nivelación. Debido a que tengo tiempo sin estudiar, es como una retroalimentación. Espero conseguir un cupo para prepararme y conseguir un trabajo”. (I)