La violencia del “cyberbullying”
Amanda Todd, Allem Halkic y Phoebe Prince son los nombres de tres jóvenes de distintos países que tienen una historia en común: se quitaron la vida antes de los 20 años a causa de la presión y el estrés emocional ocasionado por el acoso y hostigamiento a través de la Internet, conocido también como “cyberbullying”.
El caso de Todd -uno de los más recientes y mediáticos, por el video que la joven subiera meses atrás a la página You Tube, expresando su depresión y pidiendo ayuda- ha puesto en primer plano esta controvertida práctica en internet y en las redes sociales, llevada a cabo frecuentemente por adolescentes y jóvenes adultos.
En nuestro país, como parte de las acciones que buscan frenar el “cyberbullying” entre la población juvenil, se encuentra la campaña “Yo dejé de Stalkear”, que se desarrolló en conjunto entre un grupo de estudiantes de la Universidad San Francisco de Quito y el Colegio Benalcázar, ubicado en la capital.
“Somos un grupo de estudiantes del Taller de Medios Mixtos, donde convergen varios alumnos de diferentes carreras de comunicación. Cada año buscamos temas de investigación y en esa ocasión nos enfocamos en el abuso de poder de información. La red social Facebook es un lugar donde hay mucha libertad de información y no te das cuenta cuando pasas mucho tiempo allí y pueden darse casos de abusos, como ya se han dado en varios ejemplos a nivel mundial”, explica Koya Shuguli, vocera de la actividad.
Según explica, la investigación dentro del Colegio Benalcázar se extendió durante 3 meses y medio, enfocándose en un grupo de 600 estudiantes, correspondientes a los cuartos, quintos y sextos cursos, de 14 a 18 años de edad.
Entrevistas personales, testimoniales, encuestas, y observaciones fueron algunos de los métodos utilizados para la obtención de resultados que -según dicen- ponen en alerta a los padres de familia. “Al principio los jóvenes nos decían que no aceptaban a personas desconocidas en Facebook y durante las investigaciones nos creamos 4 perfiles falsos para interactuar con ellos. De pronto vimos que el 78% de los jóvenes nos habían aceptado en sus cuentas personales. De estos, un 90% dijeron que no agregaban a desconocidos”.
Casos como estos son cercanos a los jóvenes. “Yo apoyo esta campaña porque fui acosada en Facebook. Tuve problemas con una chica de mi curso y ella publicaba insultos hacia mí en sus estados y sus amigos la apoyaban. Tuve que tomar otras alternativas, traerle a inspección general para conversar y que se tranquilice. La situación se hizo ofensiva y cada vez iba subiendo de tono”, explica Michelle Baquero, de 17 años, estudiante de sexto curso.
Shuguli indica que posteriormente el 82% de jóvenes aceptaron ver el perfil de personas desconocidas por más de una vez. “No están conscientes de que ver fotos es también una forma de acoso, por más que la otra persona no sepa, no le cuentes o no les des ‘likes’. Un acoso está definido como perseguir a una persona”, agrega.
Sin embargo, la psicóloga Carla Taranto -quien labora en un colegio de la ciudad- no concuerda con este criterio. “Las personas pueden visitar los perfiles y ver las fotos, la cosa es qué hagas tú con esa información. Si es una foto íntima que se empieza a pasar por otros lados entonces ya se transforma en abuso, hostigamiento, con violencia afectiva”, indica la especialista.
Para ella, la práctica del “cyberbullying” tiene sus raíces en el propio hogar. “Tiene que ver con razones disfuncionales dentro de la familia, espacios donde la comunicación no fluye y que más bien son espacios de agresividad, en donde hay cierta violencia. Los jóvenes que hacen ‘cyberbullying’ tienen muy baja autoestima y quieren ver a esa otra persona con dolor afectivo o incluso físico”, explica.
Taranto exhorta a los padres de familia a estar pendiendes de las nuevas plataformas tecnológicas en los hogares, así como del acceso a las redes sociales cuando existen adolescentes en la familia, que pueden ser causa o causantes del acoso a través de la web.
Así también sugiere a los jóvenes que se sienten víctimas de alguna forma de “cyberbullying”, comuniquen la situación a un adulto responsable que pueda ayudarlos a resolver el conflicto de la mejor manera posible.