Las campañas de vacunación que se han realizado en el mundo y sobre todo en África subsariahana han logrado una considerable reducción de los infectados por meningitis y sobre todo de los fallecidos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la temporada epidémica de 2014, 19 países africanos que reforzaron la vigilancia notificaron 11.908 casos sospechosos y 1.146 de ellos resultaron mortales.

“Son las cifras más bajas desde la puesta en marcha de la vigilancia reforzada a través de una red funcional desde 2004”, informó la OMS en febrero de este año.

La meningitis es una infección causada por una bacteria llamada Neisseria meningiditis, que ataca las meninges, que son las membranas de tejido que cubren el sistema nervioso central (cerebro y la médula espinal). Esta infección puede desencadenar en sordera, ceguera, epilepsias, trombosis, limitación mental y hasta amputaciones de cualquier parte del cuerpo.

La bacteria se transmite de persona a persona a través de las secreciones respiratorias.

En los casos más complicados puede producir el fallecimiento. “La meningitis meningocócica puede causar también una infección generalizada -sepsis meningocócica o meningococcemia- y producir la muerte en 24 o 48 horas”, aseveró el doctor Marcelo Aguilar, miembro de la Sociedad de Infectología del Ecuador, quien recalcó que la meningitis tiene relación directa con la pobreza y falta de servicios básicos.

“Las zonas más proclives al desarrollo de esta enfermedad son las más pobres. Sin embargo los países con niveles de desarrollo no están exentos de que ocurra este problema. En Canadá, por ejemplo, se han presentado casos de adolescentes”, contó Aguilar.

En Ecuador, el Ministerio de Salud Pública, mediante el esquema de vacunación, inmuniza a los niños a través de 3 dosis de la vacuna pentavalente que se aplica a los 2, 4 y 6 meses de edad. Los adultos mayores también reciben una dosis de esta vacuna en el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI). (I)