La psoriasis a veces puede confundirse con la caspa
La psoriasis de Silvia Ponguillo empezó a manifestarse hace una década: “Me salieron unas manchas rojas en la planta del pie, que luego se hicieron blancas, como escamas”, recuerda esta mujer de 60 años.
Hoy se celebra el día mundial para recordar esta enfermedad crónica que, según las estadísticas registradas en el hospital Luis Vernaza, tiene una incidencia considerable. En la Dirección Provincial de Salud del Guayas no existen cifras que muestren el avance de esta dolencia no contagiosa.
Para Cecilia Cañarte, directora de la Fundación Ecuatoriana de Psoriasis, en el país existen aproximadamente 100.000 personas que tienen esta afección. Agrega que debería ser considerada como una discapacidad cutánea e ingresar a un programa público de enfermedades, porque los medicamentos biológicos para tratarla son muy costosos. “Las personas sufren discriminación. En ocasiones, inclusive son despedidos de sus trabajos debido a que su piel se descama”, indica.
Manabí lidera la incidencia de la enfermedad, seguida por Guayas y Pichincha. Enrique Loaiza, jefe de dermatología en consulta externa de este hospital, señala que de las 50 consultas que atienden diariamente, el 10% en promedio se produce por complicaciones psoriáticas.
La inflamación puede afectar las articulaciones y convertirse en un tipo de artritis que afecta entre el 5 y 30% de los pacientes que ya tienen psoriasis. Aquella cifra, explica el traumatólogo Mario Moreno, significa que uno de cada tres sufre esta afección. La inflamación crónica de las coyunturas es una de las 200 formas de artritis.
Tanto en el hospital Vernaza como en la fundación de la capital se ofrecen tratamientos de fototerapia. Allí los pacientes ingresan en una cámara donde los rayos UVB (de onda media) se utilizan para desinflamar las placas que tienen en su piel.
Moreno asegura que los dermatólogos que atienden pacientes con este mal crónico deben tener una comunicación permanente con los médicos traumatólogos, con el fin de poder derivar algún caso que devenga en artritis psoriática.
Esta enfermedad no tiene cura, no obstante, tampoco es mortal si se realiza un adecuado tratamiento. En ocasiones, muchas personas no acuden al médico porque confunden la psoriasis con la caspa.
“La enfermedad puede afectar el cuero cabelludo, aunque aparece con mayor frecuencia en los codos y las rodillas”, precisa Loayza. Cañarte aclara que en la psoriasis las placas superan el borde de implantación del cabello y en la caspa se mantienen en este sector. Un factor que puede complicar esta dolencia es la administración de corticoesteroides sistémicos, medicamentos que, según Loayza, empeoran la calidad de vida del paciente, convirtiéndolo a largo plazo en diabético, obeso, hipertenso y osteoporótico.
Silvia, una paciente, ha aprendido a vivir con la enfermedad. Hace dos años tuvo un brote terrible en el cuerpo, sin embargo, empezó una terapia que incluye medicación y fototerapia con rayos ultravioleta.
“Tres veces a la semana tengo una cita médica y así puedo mantener a raya las erupciones”, dice la mujer, quien tiene unas pequeñas descamaciones blancas en la mano. La ansiedad suele desencadenar episodios de esta enfermedad, aunque no la produce.
Aún no se conoce el origen de este mal que se caracteriza por afectar la calidad de vida del paciente, ya que suele sentirse avergonzado por la aparición de marcas en su piel. A nivel mundial se estima que afecta a 250 millones de personas. Los pacientes deben tomar precauciones con las comidas que ingieren, explica Johana Pontón.
“La obesidad no se lleva con la psoriasis, incluso puede llegar a complicar tratamientos. Los pacientes deben evitar los colorantes, especias en abundancia y carnes rojas”, advierte.
Recomienda consumir vitaminas A y B, presentes en las frutas y minerales, como el selenio, que se encuentra en los mariscos y frutos secos; y el cobre, que está en las vísceras de animales y semillas de girasol.