La primera cumbre mundial de gastronomía clama contra el derroche
La primera cumbre mundial de la gastronomía, que se enmarca dentro del Salón Internacional de la Restauración, la Hostelería y la Alimentación (SIRHA) celebrado en Lyon, pidió hoy a todos los actores del sector que acaben con el derroche de alimentos y apuesten por el desarrollo sostenible.
El tema de esta primera "World Cuisine Summit" giró en torno a "Una mejor restauración para una vida mejor", y en ella participaron medio centenar de prestigiosos chefs, grandes empresarios y expertos del sector agroalimentario.
El más contundente en su mensaje fue el activista italiano Carlo Petrini, fundador del movimiento Slow Food, para quien "el derroche de alimentos en el mundo es la mayor de las vergüenzas", porque a su juicio "mata nuestro alma, nuestro medio ambiente y la felicidad de las personas".
Petrini recordó que, según cálculos de Naciones Unidas, en los países desarrollados un 40 por ciento de las cosechas y un 30 por ciento de los alimentos que llegan a la gran distribución acaban en la basura.
"Hoy aquel que trabaja en el mundo de la gastronomía y no respeta el medio ambiente es un estúpido", sentenció Petrini, para quien "ha llegado el momento de ser honestos" y de "hablar de la necesidad de un cambio".
Además de elevar el tono del foro con sus críticas, también propuso soluciones como "reforzar la relación con el entorno", consumir productos locales o hacer hincapié en la "educación, educación, educación" de los más jóvenes con actividades como la creación de huertas.
Sus palabras se vieron secundadas por las del referente mundial en la lucha contra este problema, el británico Tristram Stuart.
El autor del libro "Despilfarro" (Waste) fue aún más provocador, al subir al escenario con los restos de una ensalada en perfecto estado recogida la víspera de la basura del hotel lionés en el que se aloja.
Stuart abogó porque los supermercados declaren públicamente todos los alimentos comestibles que acaban en sus contenedores, datos que ahora se califican de "información comercial sensible", porque en su opinión esa práctica contribuiría a crear una competencia entre grandes superficies sobre quien es más eficaz en la gestión de productos.
El presidente de la empresa de productos lácteos Danone, Franck Riboud, no profundizo en su intervención en el tema del derroche, pero se defendió de los ataques a los que se ven sometidos las multinacionales.
"La industria no es responsable de todos los males de la tierra. La idea de que en el pasado todo era mejor, es simplemente falsa", afirmó Riboud, añadiendo que gracias a la industrialización hay hoy un "mayor acceso a la alimentación" y esta es "más sana y más variada que en los años 30 o 40".
El gran patrón de Danone reconoció, no obstante, que se han cometido excesos, y que hay que contar con la industria si se quieren hacer cambios en el mundo de la restauración.
En la cumbre mundial de la gastronomía, que nace con la intención de convertirse en un Davos (Foro Económico Mundial) de todo lo relacionado con la alimentación, también participaron chefs de renombre mundial como los franceses Alain Ducasse o Joel Robuchon, quienes ofrecieron breves lecciones magistrales de cocina.
También se debatió sobre el papel de la tecnología en la preparación y conservación de las comidas, el diseño y los nuevos modelos de restauración, dentro de un programa de actividades que reflejó cómo el cambio de hábitos de la población hace que cada vez más gente se vea obligada a comer fuera de casa. EFE