La OMS advierte de incremento del cáncer por amianto
Estados Unidos prohibió el amianto en 1989 y la Unión Europea lo hizo diez años después por la constatación de que la exposición a este material, que se utiliza mucho en la construcción, provoca un cáncer con una elevada mortalidad.
Pero los países pobres y en vías de desarrollo aún lo usan en la construcción y el transporte, con poco control, lo que causará “un incremento de las muertes en las décadas venideras”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OMS publicó ayer un informe en su boletín mensual en el que se destaca que las muertes relacionadas con el amianto han comenzado a reducirse en los países ricos gracias a la prohibición generalizada de su uso, pero que las economías pobres y emergentes corren el peligro de coger el relevo del letal contacto con este material.
Debido a su versatilidad y resistencia, el amianto se ha utilizado durante décadas en la construcción (tejas, azulejos, cemento), en la industria automovilística (embragues, frenos, transmisión), en el sector textil e incluso en el alimentario.
Durante décadas fue una enfermedad de economías desarrolladas, que aún actualmente registra el 88 por ciento de las muertes por mesotelioma maligno, pero la tendencia comienza a cambiar.
El mesotelioma maligno es un cáncer poco habitual y fatal, que casi sin excepción tiene que ver con la exposición al amianto.
El proceso de desarrollo de la enfermedad es prolongado -por lo general más de 30 años-, pero una vez que es diagnosticada la esperanza de vida no supera por lo general el año.
El estudio de la OMS ofrece datos de los países avanzados, correspondientes al período 1994-2008, pero llama la atención sobre la falta de información procedente del resto del mundo.
En esos años se registraron 92.000 muertes a causa de este cáncer, el 88 por ciento en países desarrollados -EE.UU., Europa, Australia y Japón- y con una alta incidencia en hombres mayores.
La lista de los países más afectados la encabeza EE.UU., con un 18,5 por ciento de los casos, seguido del Reino Unido (14,6), Japón (12,1), Alemania (10,4), Francia (7,2), Holanda (5,6), Australia (4,1), Italia (4,1), Sudáfrica (2,5) y España (2).
El profesor Ken Takahashi, investigador de la Universidad de Kitakyushu City (Japón) y coordinador de este estudio, manifestó que “la auténtica preocupación es que muchos países en desarrollo siguen utilizando este material mortal y no envían información a la Organización Mundial de la Salud sobre las muertes que provoca”.
La OMS depende de la información que le remiten sus Estados miembros para elaborar su estadística, y en lo referente al uso del amianto solo dispone de datos fiables sobre los países más avanzados, que representan a la tercera parte de la población.
Pero no sabe lo que sucede en países de fuerte desarrollo económico como China, India, Kazajistán, Rusia o Tailandia, considerados los cinco mayores consumidores de los 2,5 millones de toneladas métricas de amianto que aún se producen anualmente.
La Organización Mundial de la Salud pidió a estos y a otros países a dejar de producirlo y a mejorar sus políticas de información y prevención.
“Conocemos los riesgos. Todas las formas de amianto son cancerígenas y pueden provocar mesotelioma y cáncer de pulmón, laringe y ovarios”, afirmó el investigador de la OMS, Ivan Ivanov.
“Incluso si estos países dejan de usar hoy el amianto, van a ver un incremento de las muertes relacionadas con este material durante muchas de las décadas venideras”, lamentó Ivanov.