El niño británico Ashya King, que vivió una odisea cuando sus padres lo sacaron de un hospital británico descontentos con el tratamiento contra un tumor cerebral, superó la enfermedad, informó este lunes la familia, que se ha establecido en España.

"No tiene células cancerígenas" y "los marcadores del tumor le han dado negativo", dijo Juan Isidro Fernández Díaz, el abogado de la familia. "Puede andar, puede comer, ve perfectamente", agregó, precisando que "le falta rehabilitación todavía".

En una entrevista publicada en el diario británico The Sun este lunes, los padres del niño, Brett y Naghemeh King, dijeron haber recibido un informe médico declarando que el niño, que se recupera en la casa que la familia tiene en España, está libre de la enfermedad.

"Es un milagro que creímos que nunca veríamos", dijo la madre, Naghemeh. "Si hubiéramos dejado a Ashya con el NHS (servicio público de sanidad) en Gran Bretaña, ya no estaría con nosotros", sentenció.

El Proton Therapy Center (PTC) de Praga, el centro checo donde fue tratado el niño, se mostró más cauto. "No hemos visto los escáneres, pero si King recibió esa noticia, estamos contentos, aunque es prematuro evaluar la noticia desde un punto de vista médico", dijo a la AFP Iva Tatounova, una responsable del centro.

El caso de este pequeño saltó a las primeras páginas en agosto de 2014, cuando las autoridades británicas ordenaron la búsqueda y captura de su padres, que lo habían sacado de un hospital de Southampton (Inglaterra) sin autorización de los médicos, antes de llevarlo a Málaga.

Las autoridades británicas consideraron que ello ponía en peligro la vida de su hijo. Los padres, por su parte, no estaban de acuerdo con el tratamiento del hospital británico, que consideraban demasiado agresivo. Fueron detenidos en España, donde pasaron cuatro días en prisión antes de ser puestos en libertad y llevar a su hijo a Praga para someterlo a terapia de protones.

Ashya King fue sometido a 30 sesiones de terapia en Praga. La terapia de protones, que no ofrece la sanidad británica, consiste en destruir las células cancerosas con un haz de protones centrado en las zonas lesionadas y evitando las sanas.