Aquellas personas que amenazan, humillan o intimidan para controlar a sus parejas o algún otro integrante de su familia enfrentan una pena de prisión tras una nueva legislación en Inglaterra y Gales.

El comportamiento “controlador” o “coactivo” dentro de los hogares será ahora penado con una multa económica de varios miles de dólares y una sentencia de hasta 5 años en prisión. Dicho delito será considerado solo cuando el comportamiento controlador “tiene un efecto serio” en la víctima.

El nuevo lineamiento para la Policía busca cerrar brechas con respecto a la ley sobre violencia en Inglaterra y se elaboró tras un reporte de 2007 que concluyó que el comportamiento “controlador” dentro de los hogares es la forma más común y peligrosa para la mujer.

El comportamiento “coactivo” o “controlador” es principalmente “una forma de violencia contra las mujeres y niñas”, indicó el Ministerio de Interior británico. En ese sentido, recomendó a la Policía “considerar el rol de género en el contexto de poder y control” que existe dentro de las parejas heterosexuales.

Las autoridades indicaron que impedir que alguien socialice, controlar su acceso a las redes sociales o el uso de aplicaciones de internet para ponerlos bajo vigilancia será cubierto por la nueva ley. Esas medidas solo se tomarán en casos en los que el comportamiento controlador “sea crónico”.

Los lineamientos del gobierno indican que hacer amenazas para publicar información personal también será considerado como un delito, como también que una persona le diga constantemente a su pareja que “no vale nada”.

La directora de la Procaduría Pública del Reino Unido, Alison Saunders, afirmó que este tipo de comportamiento “puede limitar los derechos humanos básicos de una persona”, al reducir su libertad de movimiento e independencia.

“Las víctimas pueden sentirse aterradas por las repercusiones al no someterse a los designios de su abusador. Muchas veces sienten que la violencia podría ser usada contra ellas, o que sufrirán abusos psicológicos y emocionales extremos”, señaló Saunders. Muchas víctimas sostienen que el trauma de abusos psicológicos es mucho peor que el trauma por abusos físicos, continuó.

La nueva legislación se creó luego de que la mayoría de personas consultadas por el gobierno dijo que las actuales normas de abuso en el Reino Unido no ofrecían suficiente protección a las víctimas.

En ese sentido, Polly Neate, directora ejecutiva del grupo benéfico Women’s Aid, que trabaja en defensa de mujeres víctimas de abusos domésticos, sostuvo que la reciente legislación es “excelente”. Neate explicó que el comportamiento controlador de las parejas “está en el centro de los maltratos domésticos”.

“Los responsables normalmente comienzan a abusar de sus víctimas al limitar sus libertades personales, controlando cada uno de sus movimientos. La violencia física muchas veces viene después”, concluyó.

De acuerdo a las últimas cifras de la ONU, más de un millón de mujeres fueron víctimas de violencia en el hogar en el Reino Unido en 2014. A nivel mundial, el 35% sufre maltrato físico o psicológico.

Rashida Manjoo, Relatora Especial de Naciones Unidas, considera que es necesario dar una respuesta más coherente y dirigida para hacer frente a los actos de violencia contra mujeres y niñas.

Varias organizaciones femeninas en el Reino Unido informaron que las mujeres negras y de otras minorías étnicas experimentan tasas desproporcionadas de homicidio y suicidio doméstico. La nueva ley también las protege en sus domicilios, porque prevé la exclusión del domicilio del atacante. (I)