El estudio británico desestimó el uso de vitaminas en pacientes con tumores
Científicos prueban otro milagro de los ejercicios
Los pacientes con cáncer suelen recurrir en gran medida a los suplementos vitamínicos y minerales en lugar de mejorar sus probabilidades de vida realizando más ejercicios físicos y mantener un peso sano, de acuerdo a un reciente informe de científicos británicos.
La investigación, que fue realizada por oncólogos del Hospital Universidad de Cambridge, en Inglaterra, concluyó que podrían mejorarse mucho los índices de supervivencia al cáncer, reduciéndose los efectos secundarios de tratamientos, a partir de un estilo de vida más sano que incorpore ejercicios diarios, una alimentación balanceada y la pérdida de peso excesivo.
El profesor en oncología Robert Thomas, jefe principal del reporte, concluyó que los pacientes con tumores suelen depender demasiado de vitaminas y suplementos, a pesar de que existe muy poca evidencia científica acerca de sus beneficios.
Thomas explicó que caminar a diario es una terapia más eficaz contra el cáncer que tomar vitaminas, pues éstas pueden ser consideradas más bien placebos en el caso de la enfermedad.
El científico británico dijo que durante años el debate de los oncólogos se centró en tratamientos contra el cáncer y nuevos medicamentos costosos, en lugar de hablarse sobre aquello que los pacientes pueden hacer por sí solos para mejorar su estado de salud.
Nuevas investigaciones demuestran que estilos de vida más saludables le dan a los pacientes con cáncer más oportunidades de enfrentar tratamientos agresivos, además de mejorar estados de ánimo y registrar menos efectos secundarios, como vómitos, malestares físicos y debilidad física.
Los informes también indican que actividades simples, ejercitarse levemente y mantener un peso sano pueden reducir las posibilidades de que la enfermedad regrese.
“Hay mucho enfoque en las drogas contra el cáncer que extienden la vida en cuestión de meses, pero no estamos poniendo suficiente énfasis en aquello que los pacientes pueden hacer por sí mismos para ayudar a incrementar su esperanza de vida”, afirmó Thomas.
“Sabemos que 3 horas de ejercicio físico por semana en la mayoría de los pacientes con cáncer reducirá el 30% las chances de que la enfermedad regrese”, agregó.
A pesar de ello, “se pasa muy poco tiempo hablando de temas de estilo de vida, comparado al tiempo que se le dedica a hablar de quimioterapia, que en algunos casos solo ofrece beneficios del 5%”.
El estudio de Thomas, por el cual se analizaron 120 personas con cáncer, reveló que solo el 11% de esos pacientes hacía ejercicio físico durante su recuperación, mientras que el 68% de ellos sufría de sobrepeso o era obeso.
El oncólogo británico dijo que el problema se agrava debido a que muchos pacientes y familiares sienten que ejercitar o comer sano durante el tratamiento anticancerígeno empeorará la fatiga, la debilidad o agravará efectos secundarios, sin darse cuenta de los enormes beneficios de una vida más sana.
“Muchos pacientes creen que en lugar de ir a ejercitar al gimnasio, pueden consumir todo tipo de suplementos vitamínicos, y que los efectos serán similares. Pero no hay evidencia científica que indique que las vitaminas y suplementos de ese tipo tienen algún beneficio”, subrayó Thomas.
De acuerdo al especialista, es cierto que algunos suplementos vitamínicos, en conjunto con una dieta sana y balanceada, pueden tener un rol positivo en la salud del paciente, “pero solo si se le explica a la persona las pastillas adecuadas, porque otras no ayudan”.
“En general suelen consumir minerales y suplementos vitamínicos, muchos de los cuales no traen beneficio alguno, aumentan los gastos para el paciente y, más preocupante aún, si se consumen por un largo período de tiempo pueden -incluso- incrementar los riesgos de padecer cáncer”, continuó.
El profesor Thomas pidió a los médicos oncólogos de todo el mundo hacer más informando a los pacientes acerca de los beneficios de una vida sana en los episodios de cáncer.
“Para solucionar este problema es necesaria una mejor educación para los profesionales de la salud, como también más inversión en el área. Estoy convencido de que esto ahorrará mucho dinero al Estado, ya que los pacientes con cáncer no tendrán que consultar constantemente a su médico para recibir ayuda y pedir fármacos de apoyo, como laxantes, digestivos, antidepresivos y drogas contra la artritis”, concluyó el científico. (I)