“No basta con infraestructura vial, se requiere de mayor cultura en las calles”
A raíz de la pandemia y la restricción de movilidad, surgieron nuevos medios de transporte como la bicicleta, que hoy en día ocupan espacios en las grandes vías por lo que se demanda de mayor infraestructura vial.
Para Mauricio Mejía, coordinador del Proyecto de Ciclovías en Quito, la red destinada para este fin se va articulando en dos fases: la ruta que se utiliza para los ciclo paseos que está conformada de 32 km y las transversales que están compuestas por 18km. En total, son 67.5 km de vía para los ciclistas que aumentan cada día.
“Desde enero registramos un promedio de 220 ciclistas por día. Con corte a julio, cuando hicimos la prueba con conos, tuvimos un incremento del 600% del uso de ciclovías”.
En las calles de Quito ya se cuenta con todos los elementos de seguridad vial para los ciclistas. “Los separadores de color amarillo que se pueden ver en las calles, la implementación de señalización horizontal que son todas las pinturas y marcados en la vía; así también, la adaptación de los tiempos de los semáforos para que incluyan un espacio para los ciclistas, en algunos casos, a través de la incorporación de un pictograma”, señaló Mejía.
Pero todos estos esfuerzos se ven empañados cuando no existe respeto en las vías. Hace pocos días, circuló un video en redes sociales sobre un ciclista que fue fuertemente golpeado por un bus en la avenida Colón, una de las más concurridas de Quito. Como se observa en el video, la unidad de transporte público venía a exceso de velocidad. El ciclista se encontraba dentro de la zona delimitada.
Según la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), de enero a octubre se produjeron 46 accidentes que involucraron a ciclistas en las vías. Como consecuencia, 8 fallecidos y 47 heridos.
Lenin Camacho, representante de la agrupación Club La Carolina BMX precisó tres elementos para una convivencia más armónica en las calles. “Necesitamos la estructura, la cultura y el ambiente. Vivimos y salimos al apuro, entonces el problema empieza desde ahí.” Señala que la pirámide de la movilidad debe ser más difundida: la preferencia siempre es al peatón (o cualquier ser vivo), luego al ciclista, después al transporte público y finalmente al vehículo privado.
“Debemos ser más pacientes al manejarnos en la calle porque a la final son minutos de estar vivos o muertos. No basta con infraestructura vial, se requiere de mayor cultura en las calles”, expresó Camacho.
Como casi todos los aspectos del diario convivir, esta es una responsabilidad compartida. Las autoridades dotan de los espacios idóneos pero somos nosotros quienes debemos aprender a respetar las áreas de cada actor de la movilidad.