Los líderes de la Unión Europea mantienen posturas divergentes para el manejo de la crisis migratoria
Hungría trunca viaje de los migrantes hacia Europa Occidental
La Policía húngara evacuó ayer por varias horas la principal estación internacional de trenes de Budapest, donde cientos de migrantes trataban de avanzar hacia Europa Occidental, inmersa en el mayor movimiento migratorio desde la Segunda Guerra Mundial.
Unos 500 migrantes, la mayoría huye de los conflictos en Siria, Irak y Afganistán, trataron ayer de tomar un tren a Viena en la estación de Keleti, en el este de Budapest. Poco después, cientos de agentes de la Policía antidisturbios desalojaron la estación, en medio de un ambiente tenso, aunque sin incidentes, constató un periodista de la AFP.
“¡Alemania, Alemania! Queremos irnos”, coreaba la muchedumbre de migrantes fuera de la estación, algunos de ellos con niños pequeños en sus brazos.
“Estoy furioso”, dijo Haider, un afgano de 31 años, rompiendo su billete de tren. “¿Por qué los húngaros no nos dejan marcharnos? Yo he trabajado como traductor para el Ejército de Estados Unidos durante cuatro años”.
El lunes, en cambio, la Policía de Budapest permitió a los migrantes que hace días esperaban en campamentos improvisados que tomaran el tren, a pesar de no tener visados para ingresar a la Unión Europea (UE). El resultado es que solo el lunes llegaron a Viena 3.650 inmigrantes, un récord este año, según la Policía austriaca.
“Estamos todavía verificando cuántos de ellos son demandantes de asilo”, dijo a la AFP el portavoz de la Policía, Patrick Maierhofer. Muchos de los migrantes durmieron en la estación Westbahnhof de Viena, desde donde continuaron su viaje hasta Alemania, país que la semana pasada flexibilizó la concesión de asilo a los refugiados sirios.
Según un portavoz de la Policía federal alemana, unos 2.000 refugiados llegaron entre la noche del lunes y ayer al territorio alemán en varios trenes que efectuaron el trayecto Budapest-Viena-Múnich. Estas cifras no tienen nada de raro, puntualizó, y recordó que Múnich acoge medio millar de migrantes a diario.
Alemania, primera economía de la Eurozona, se ha convertido en los últimos años en el destino predilecto de los migrantes. Este año, el país prevé recibir 800.000 solicitudes de asilo, cuatro veces más que en 2014, que nunca antes se había visto.
Europa enfrenta la mayor ola de migrantes y refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, con más de 300.000 llegados este año, muchos huyen de la guerra, persecución y pobreza en Oriente Medio y África.
La crisis tomó un cariz particularmente dramático cuando la semana pasada fueron encontrados 71 inmigrantes muertos, entre ellos cuatro niños, en un camión abandonado en una autopista austriaca, cerca de la frontera con Hungría.
Tras el drama, las autoridades austriacas desplegaron un fuerte dispositivo de seguridad en la frontera, con inspecciones en los vehículos en busca de traficantes de personas y de inmigrantes. En total, 7 personas están detenidas relacionadas con la tragedia.
División en la UE
La gestión de la crisis migratoria tiene dividido el bloque de los 28, que celebrarán una reunión extraordinaria sobre el tema el 14 de septiembre. Los líderes de los países de Europa Occidental piden más esfuerzos para recibir a estos migrantes, mientras que los países situados en las fronteras de la UE no dejan de repetir que están superados por el gran número de llegadas.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, dijo ayer en Berlín en una comparecencia con la canciller alemana, Angela Merkel, que la crisis migratoria es “el mayor desafío para Europa” en los próximos años.
La propia Merkel indicó el lunes que no debe dañarse el “estrecho vínculo (Europa) con los derechos civiles universales” en la gestión de esta crisis migratoria.
Igualmente criticó de forma implícita a países como Eslovaquia, que dicen que rechazarán a los inmigrantes de países musulmanes. Merkel dijo que “si empezamos a decir ‘no quiero musulmanes’ (...) eso no puede ser bueno”. El núcleo de la división política está en cómo distribuir a los migrantes por la Unión Europea y aliviar la presión sobre los estados fronterizos, como Hungría o Grecia, a los que los inmigrantes llegan por tierra o mar.
En principio, las normas europeas estipulan que los pedidos de asilo, numerosos entre estos inmigrantes que huyen de conflictos, deben ser tratados en el primer país miembro de la UE al que llegan. Pero Hungría, que solo en agosto recibió a 50.000 inmigrantes, hace valer que no tiene medios para tratar semejante volumen de llegadas y solicitudes.
Hungría, además, construye una valla con alambrada en la frontera con Serbia, y un muro de cuatro metros de altura. El país centroeuropeo, que pertenece a la zona Schengen, pretende así frenar la ola de refugiados que llegan desde Oriente Medio, a través de Turquía, Grecia, Macedonia y Serbia. (I)
DATOS
En Europa actualmente hay unos 20 millones de refugiados: 10 millones sirios, 5 millones de palestinos, 2 millones de ucranianos y otras nacionalidades.
Los inmigrantes llegan primero a Grecia, desde donde pasan a Macedonia, Serbia y finalmente Hungría, el primer país del espacio Schengen, de libre circulación comunitaria.
Más de 100.000 personas han pasado de Serbia a Hungría, desde donde tratan de llegar a Europa Occidental, sobre todo a Alemania, Suecia y el Reino Unido, los países más ricos de Europa.