Globo de los deseos, tradición peligrosa
Cada 31 de diciembre el uso de los globos de los deseos para despedir el año cobra más presencia en Ecuador. En los últimos dos años esta tradición que nació en China creció.
No contienen pólvora, ni explotan como sí ocurre con la quema de años viejos o al usar pirotecnia y camaretas que generan quemaduras y daños auditivos y visuales.
Esto hace que se vean inofensivos. Sin embargo, son igual de peligrosos.
Francisco Plaza, miembro de la Fundación médica contra ambientes contaminantes y tabaquismo, advierte que las personas están expuestas a quemaduras de primer y tercer grado por la manipulación del artefacto, ya que este es inflamable.
Al momento de encenderlo, para que ascienda pueden sufrir lesiones en las manos y cara.
Hans Huerta, subcoordinador de prevención de incendios del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, explica que los globos de los deseos llevan un objeto portador de fuego que se transporta sin dirección alguna. “Estos pueden ingresar por la ventana de una vivienda, terminar en un transformador eléctrico o en un bosque y provocar incendios”, asegura el experto.
El año pasado una pareja de jóvenes del suroeste de Guayaquil encendió dos globos que terminaron enredados en los cables eléctricos y en el patio de un vecino.
El ambiente también se contamina. El ambientalista Xavier Salgado explica que cuando las “lámparas chinas”, que están elaboradas de material tóxico o plástico, caen a los océanos y playas, afectan la cadena de alimentación de especies de la vida marina.
En sus recorridos por los balnearios ha observado que el material del artefacto queda a la deriva. “Al final esto se volverá microplástico”.
El biólogo Luis Arreaga sugiere que las personas no los usen en lugares cercanos a los bosques y áreas protegidas.
En ese sentido William Montoya, responsable de gestión de riesgos del Hospital Los Ceibos, advierte que el peligro aumenta por las altas temperaturas que se viven en la ciudad. “Cuando un globo no se apaga y cae sobre la vegetación causará un incendio forestal”.
En el hospital, hace dos años se promueve la campaña “Aprende a no quemarte”, con la que enseñan a los niños a identificar artefactos, entre ellos los globos de los deseos, que los pongan en riesgo y prevenir las quemaduras. (I)