Las garrapatas de los perros prefieren a los humanos en altas temperaturas
Una variedad de garrapatas que portan la bacteria que causa la enfermedad mortal de la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas (FMMR) tienen más del doble de probabilidades de cambiar su preferencia de alimentación de los perros a los humanos cuando las temperaturas aumentan.
Esta también es una señal de que el cambio climático podría expandir e intensificar los riesgos de enfermedades humanas, según un nuevo estudio presentado el lunes 16 de noviembre en la Reunión Anual de la Sociedad Estadounidense de Medicina e Higiene Tropical (ASTMH).
"Nuestro trabajo indica que cuando hace calor deberíamos estar mucho más atentos a las infecciones de FMMR en humanos -destaca Laura Backus, quien dirigió el estudio en la Facultad de Medicina Veterinaria Davis de la Universidad de California (UC -Davis)-. Descubrimos que cuando las temperaturas subieron de unos 23 a 38 grados, las garrapatas marrones de los perros que portan la enfermedad tenían 2,5 veces más probabilidades de preferir a los humanos a los perros".
Los casos de FMMR y enfermedades relacionadas, conocidas colectivamente como rickettsiosis por fiebre maculosa, han aumentado drásticamente en los últimos 20 años.
La enfermedad se puede tratar con antibióticos si se detecta en la primera semana de infección, pero una vez que la infección se afianza, la tasa de mortalidad de las víctimas puede superar el 20%.
Las complicaciones pueden incluir vasos sanguíneos dañados, inflamación del corazón, pulmones o cerebro e insuficiencia renal.
Durante los últimos 10 años, las autoridades de salud pública se han alarmado particularmente por una serie de brotes mortales de FMMR entre las comunidades indígenas de Arizona y el norte de México.
Backus recuerda que ha habido indicios de trabajos anteriores de que las garrapatas marrones del perro, que se encuentran en todo el territorio continental de Estados Unidos, pueden ser más agresivas con los humanos en climas cálidos.
Los científicos advierten de que el cambio climático está expandiendo en gran medida las áreas del país que experimentan varios días cuando las temperaturas superan los 38 grados.
Backus y sus colegas de la UC-Davis querían obtener información más definitiva sobre cómo el aumento de las temperaturas podría elevar el riesgo de infecciones por RMSF.
Pruebas
Para su experimento, construyeron dos grandes cajas de madera que medían aproximadamente medio metro por un metro, que luego se conectaron entre sí mediante un tubo de plástico transparente. Llevaron a cabo una serie de pruebas que involucraron poner a un humano en una caja, un perro en la otra y garrapatas en el tubo de plástico transparente entre ellos.
Luego, los investigadores observaron, en intervalos de 20 minutos, si las garrapatas, que buscan huéspedes para alimentarse en función del olfato, prefieren perros o humanos, primero a temperaturas de alrededor de 23,3 grados y luego a 37,8 grados.
Backus señala que a la temperatura más alta, un tipo de garrapata de perro marrón, conocida como garrapata de linaje tropical, fue especialmente decisiva para cambiar sus preferencias de perros a humanos.
Actualmente, las garrapatas marrones de linaje tropical se encuentran en las regiones del sur de los Estados Unidos, en lugares como Arizona, Florida, el sur de California y el sur de Georgia.
Sin embargo, Backus advierte de que se espera que su área de distribución se mueva hacia el norte a medida que el cambio climático hace que aumenten las temperaturas promedio.
Las garrapatas marrones del perro que pertenecen a otro linaje, el linaje templado, se encuentran en los 48 estados y también pueden ser portadoras de FMMR.
Backus apunta que si bien las garrapatas mostraron solo un ligero aumento en la preferencia por los humanos sobre los perros en la prueba de temperatura más alta, presentaron una disminución pronunciada en su preferencia por los perros.
"Creemos que esta menor preferencia por los perros, combinada con un ligero aumento en la preferencia por los humanos, sugiere que las altas temperaturas también pueden elevar los riesgos de FMMR en áreas donde las garrapatas templadas son más comunes", añade Backus.
A su juicio, es importante identificar las condiciones que pueden aumentar los riesgos de infección, y poner a los funcionarios de salud en mayor alerta, porque los síntomas en la fase inicial crucial de la FMMR, cuando es relativamente fácil de tratar, pueden confundirse con varias dolencias más comunes como dolor de cabeza, fiebre y dolores musculares.
"Los hallazgos del uso de este sencillo, pero efectivo experimento de laboratorio para medir cómo el aumento de las temperaturas podría conducir a más infecciones humanas con un patógeno muy peligroso transmitido por garrapatas se suma a la creciente evidencia de la conexión cada vez mayor entre el cambio climático y su impacto en la salud", advierte el presidente de ASTMH, Joel Breman.
"El cambio climático se está moviendo tan rápido que es fundamental mantenerse al día con las muchas formas en que puede alterar e intensificar el riesgo de una amplia gama de enfermedades infecciosas para que estemos mejor preparados para diagnosticarlas, tratarlas y prevenirlas", añade. (I)