Especial coronavirus
Las fibras aportan al sistema inmunológico
En sus disposiciones sobre la alimentación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determina que una persona debe consumir 25 gramos de fibra al día, como la cantidad diaria mínima que requiere su organismo.
La nutricionista Katherine Guerra expuso a este diario cuáles son los beneficios directos de incorporar el consumo de este grupo de alimentos que, junto a otros no menos importantes, aportan significativamente para un mejor funcionamiento del engranaje de órganos.
La experta en nutrición, de Siluet y Bonna Vit, señala que, básicamente, el sistema inmunológico se fortalece mediante una dieta equilibrada. Eso incluye una combinación de todos los tipos de alimentos para lograrlo, principalmente, carbohidratos, proteínas y grasas saludables.
Las fibras dietéticas están presentes en las frutas, verduras y vegetales, granos secos (fréjol, lentejas, chochos, mote, habas), pero sobre todo en la cáscara, para aprovechar la mayor cantidad del alimento. Por ejemplo, manifiesta que la manzana debe comerse con la cáscara.
También las fibras se encuentran en productos con harinas integrales como la chía, el ajonjolí, la linaza y la avena. “La fibra es parte de los carbohidratos y, al igual que cualquier otro alimento de ese segmento, nos aportan principalmente energía”.
Explica que el plus de la fibra es que es un carbohidrato que ayuda a mejorar el sistema digestivo y a mejorar la flora intestinal, donde mejor se absorben los nutrientes. “Esto ayuda a fortalecer el sistema inmunológico porque estamos absorbiendo mucho más el resto de nutrientes que aporta una dieta balanceada”.
En este punto es preciso mencionar que la fibra es un carbohidrato “indisoluble”. Es decir, se consume pero no significa que inmediatamente se absorbe en la sangre, sino que el proceso digestivo de esta es mucho más lento.“Incluso hay tipos de fibra que ni siquiera el cuerpo puede digerir”.
Precisamente, las fibras pueden calificarse en solubles e insolubles. En el caso de las solubles, se encuentran en verduras y frutas; se digieren un poco más, pero no completamente, ya que el organismo no tiene las enzimas para hacerlo totalmente. Cuando se consumen las insolubles se forma una bola alimenticia y empuja lo que conocemos como las heces y por eso mejora la digestión.
Las fibras son importantes porque cumplen una función reguladora de la glucosa en la sangre y el colesterol, a la par que, como son bajas en sal, no suben la presión. También ayudan a prevenir el cáncer de colon e, incluso, a mantener el peso. “Como se demoran tanto en digerirse nos hace sentir satisfechos en cuanto a la comida y, consecuentemente, no comemos en exceso”, añade la nutricionista.
Las frutas y verduras son necesarias
La ingesta de una dieta no balanceada y la falta de actividad física son importantes factores de riesgo para enfermedades crónicas. Los expertos internacionales insisten en reducir la ingesta calórica procedente de las grasas, cambiar las grasas saturadas por las insaturadas y eliminar los ácidos grasos trans.
También recomiendan que se aumente el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos, y bajar el consumo de azúcares libres y de sodio, así como la realización de ejercicios al menos durante 30 minutos al día. (I)