La potente caída de agua de una cascada de 20 metros de altura o la diversidad de la flora y fauna, así como el baile que realizan miembros de la comunidad Sacha Wasi de Pastaza, son parte de la oferta “Aventura, selva y tradición” que propone la provincia en el feriado.

Detrás de las actividades están involucrados mujeres y hombres que apostaron por transformar su localidad en un atractivo para el turista nacional y extranjero.

Es el caso de Germán Flores, quien hace 12 años convirtió una tierra abandonada y usada como potreros en un refugio para animales afectados por el tráfico de especies.

Construyó el centro de rescate Bioparque Yanacocha (laguna negra), que alberga en sus ocho hectáreas 46 especies de vida silvestre y 270 animales rescatados. Entre ellos, una nutria desorientada por la creciente del río Puyo, una mona capuchino que perdió su brazo derecho al recibir una descarga eléctrica y un loro que llegó quemado y desplumado. Otras aves son cuidadas por daños en sus extremidades.

Curiosamente un papagayo da la bienvenida a los visitantes con un gracioso “hola”. Así empieza el recorrido por Yanacocha.

Algo similar ocurrió en 2006 en la parroquia Fátima, en el km 10 de la vía Puyo-Tena, en donde empezó la transformación de un pastizal en el Parque Botánico Los Yapas. Ahí crecen diferentes especies de vida silvestre.

La italiana Alessa Marucci, quien trabaja en el lugar de voluntaria, explicó que el parque se define como un centro holístico en el los turistas pueden vacacionar y hospedarse. “Hay árboles pioneros, como el de sangre de drago, que crecen rápido y dan sombra. Hay también especies maderables y frutales”, dijo.

En el parque, que tiene una extensión de 25 hectáreas, destacan los helechos que forman indígenas, mariposas, arañas, orquídeas, bromelias y plantas medicinales.

Pastaza es la provincia más extensa territorialmente de Ecuador. Tiene más de 600 especies de aves que la convierten en el sitio ideal para el avistamiento y el 97% de su bosque es húmedo tropical.

Emprendedores turistiqueros

William Albán no estudió biología, pero es un apasionado de la naturaleza. Este año invirtió en un terreno cubierto de vegetación  en cuyo interior se encuentran dos cascadas, una de 20 metros y  otra de 12, en el km 28 de la vía Puyo-Tena, parroquia San José del cantón Santa Clara.

Para hacerlo atractivo creó caminos, adecuó un sendero con pasamanos y lo bautizó como las cascadas Las Lajas (nombre de una virgen).

En cambio, a 25 kilómetros del centro de Puyo se asienta la comunidad kichwa Sacha Wasi (la casa de la selva),  que se caracteriza por conservar sus tradiciones, pero también por compartirlas con los turistas. Ellos acceden luego de atravesar un puente metálico.

Al llegar lo primero que experimentan es el sabor de la chicha de yuca, que sirve dentro de una mokawa Jessica Washikat, de 18 años. La joven de larga cabellera luce una falda de chonta, semillas de calmito, guarruru, ojo de llamingo, pepa de San Pedro, de churumullo o de caracol y dos mates con los que cubre sus senos.

Marlene Guatatuka, de 55 años y lideresa, cuenta que en el lugar viven 10 familias. Ella tiene nueve hijos. “Lo que hacemos es ofrecerles nuestra comida y prestarles servicio de guía para llevarlos a las cascadas, hacer deportes o caminar por la selva”.

Panga, una de sus descendientes, es quien pinta la cara de sus visitantes con tinta de achiote. “Me gusta que vengan a nuestra comunidad. Estamos para atenderlos”.

El deleite del maito (tilapia cocinada con yuca y verde envuelta en hojas de plátano) y la cerbatana elaborada de la palma de chonta, que utilizan para cazar tres veces al mes, son otras de las atracciones que proponen.

La visita en la comunidad finaliza con un baile runa en el que Jessica y tres mujeres que visten igual agitan arrodilladas sus cabezas y mecen sus cuerpos simulando tener un bebé en brazos, mientras que un joven, con un pequeño, toca el tambor y emite gritos.

El baile representa el poder que ejercen los hombres sobre las mujeres, según David Tenemaza, guía turístico de la provincia.

La gastronomía

En Pastaza hay una variedad de alimentos y bebidas que se consumen a diario. Uno de ellos, el característico maito asado o sancochado que contiene tilapia, yuca, verde o arroz envuelto en una hoja de verde. Se lo acompaña con un té de guayusa.

Otro plato es el uchumanka elaborado con tortillas de yuca, huevos fritos, bistec de carne ahumada, verde majado, chontacuros y hormigas ucuy. Estos últimos son fáciles de encontrar en el mercado de Pastaza como snacks. Los comerciantes del sitio los ofertan a $ 1.  

“Queremos que la ciudad de Puyo y la provincia de Pastaza sean posesionadas como promesa turística”, aseguró  Flores de Yanacocha.

Asimismo, Antonio Kubes, prefecto de la provincia, invitó a los ecuatorianos a conocer las riquezas del sector. “Contamos con una fauna única, tenemos 1.200 variedades de orquídeas y parte del Yasuní”, agregó.

El Prefecto dijo que se preparan para celebrar las fiestas por los 59 años de provincialización. (I)

Datos
Cifras  
Pastaza tiene cinco rutas turísticas. En la provincia viven más de 33.000 personas. Fue fundada el 10 de noviembre de 1959. Se caracteriza por ser la segunda menos habitada después de las islas Galápagos.  

7 de las 14 nacionalidades de Ecuador están en Pastaza, ubicada en el centro de la Amazonía.   

Costos de atracciones  
La entrada a Yanacocha cuesta $ 3 los adultos y $ 2 los niños. Al Parque Botánico Los Yapas, $ 4. El ingreso a la cascada Las Lajas y la visita a la comunidad Sacha Wasi oscila entre $ 1,50 y $ 2. (I)