La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) pidió el jueves la destitución del juez Claudio Bonadio por supuesto mal desempeño y reclamó el inicio de su juicio político, por haberla involucrado en un caso de supuesta impericia cambiaria en su gobierno.

La exmandataria argumentó que la causa llevada adelante por Bonadio no implica delito alguno de corrupción, enriquecimiento ilícito o cualquier otro contemplado en el Código Penal, por lo que se considera víctima de "persecución política", informaron fuentes judiciales.

La denuncia fue presentada ante el Consejo de la Magistratura, que juzga a los magistrados, un día después de haber tenido que comparecer en los Tribunales, informaron fuentes judiciales.

Una cámara de alzada había rechazado el lunes el pedido de recusación y apartamiento del juez elevados por la exmandataria y por el exministro de Economía, Axel Kicillof, otro de los involucrados.

El retorno de Kirchner a Buenos Aires fue el primero desde que dejó el poder el 9 de diciembre.

La causa contra Cristina Fernández fue iniciada por dos autoridades parlamentarias de Cambiemos. Pero los demandantes no incluían a la exmandataria en la petición. Lo hizo Bonadio, a quien el kirchnerismo acusa en sus declaraciones públicas de parcialidad y de ser un operador de Macri para "una persecución política".

La acusación a la expresidenta consiste en evaluar negativamente la política monetaria del Banco Central, que en setiembre pasado vendía dólares a futuro a 10,50 pesos cuando la cotización en ese momento era de 9,60 pesos.

Fernández y Kicillof dijeron en sus alegatos judiciales que el propósito era desalentar expectativas de devaluación y mantener los precios de la divisa contemplados en el presupuesto nacional.

El 17 de diciembre el presidente Mauricio Macri impulsó una devaluación que llevó el dólar a 15 pesos (-34%). Por lo tanto, el Banco Central, ahora bajo administración macrista, debe abonar los futuros casi 50% más caros, con serio perjuicio para el Tesoro.

El kirchnerismo argumenta que no se puede convertir en judiciable una política monetaria antidevaluación y convocó a una multitudinaria marcha el miércoles para acompañar a la exjefa de Estado. De hecho, se convirtió en la mayor demostración antimacrista de los últimos cuatro meses. (I)