Estrenando un corazón sin agujeros, Lilibeth quiere ser cardióloga
Lilibeth Paz tiene 17 años. El año pasado salió de su recinto, El Empalme, y llegó a Guayaquil, donde iniciaría una serie de visitas médicas a los doctores del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y de clínicas privadas.
Tenía en el corazón un orificio que se agrandaba mientras Lilibeth cumplía años, permitiendo que fluyera mucha sangre, que invadía sus pulmones y -aunque ella no sabía lo que le sucedía- que le dificultaba la respiración.
“Mi hija me decía que le faltaba el aire cuando iba al colegio, tenía que caminar casi un kilómetro para llegar a la casa, cansada y agitada”, recuerda Simón Paz, su padre, un agricultor que esperó la visita de un especialista cardiaco a su pueblo, para que su hija pudiera ser atendida por un profesional.
Simón tiene cuatro hijos y sus ingresos son por el cultivo de arroz y maíz. Su salario no le permitía costear una cirugía en el sistema privado de salud.
“El médico me dijo que el problema era serio y nos recomendó viajar a Guayaquil para que le hicieran un radiograma a la niña”, cuenta el padre. Ya sabían que la operación sería costosa; Simón viajó a Guayaquil y comprobó la gravedad del caso. Sin embargo, el agricultor está afiliado al Seguro Social Campesino e hizo uso de sus derechos como ecuatoriano, garantizados en la Constitución.
Lilibeth entonces fue atendida por los médicos del IESS.
La institución mantiene convenios con hospitales privados, por lo que la operación se realizó en la clínica Guayaquil.
La joven dice que no sintió miedo, ya que tiene muchas metas que aún debe cumplir, entre ellas convertirse en enfermera, así que se aferró a esta idea para no atemorizarse.
La operación fue realizada por Roberto Gilbert, quien le puso a Lilibeth un parche en el orificio del corazón.
El cirujano considera que aún deben ultimarse procedimientos del sistema de salud, por ejemplo terminar con los excesivos trámites interinstitucionales que retrasan la ejecución de las operaciones.
Según el especialista, eso se solucionaría con una administración adecuada de las entidades involucradas.
Lilibeth permanecerá diez días, recuperándose en el hospital, y después regresará a El Empalme.
Ya no quiere ser enfermera, sino doctora, precisamente cardióloga, ya que sus conocimientos le permitarán ayudar a otros a respirar con tranquilidad.