Desde el pasado 15 de noviembre, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) realiza un estudio sobre las condiciones de vida de la comunidad de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Transgéneros, Transexuales, Travestis e Intersex (GLBTI), su acceso a la atención que reciben en los servicios públicos y el respeto a sus derechos humanos.

El proyecto, que culmina el 31 de enero de este año, ha avanzado en un 80% en las seis provincias donde se ha realizado de forma mayoritaria, según informó Vanessa Zambrano, directora encargada del INEC.       

“De este porcentaje, el 50% corresponde a aproximadamente 700 personas de la Costa (Guayaquil, Machala, Santa Elena, Babahoyo y Portoviejo) que han sido entrevistadas por la Asociación Lésbica Mujer y Mujer, y de esta cifra, cerca de 500 participantes son solo de Guayaquil, mientras que entre Quito e Imbabura se han contabilizado 700 encuestados”, explicó la funcionaria.    

Lía Burbano, representante de esta Asociación, señaló que para ellas, como mujeres y lesbianas, es muy importante su participación dentro del proceso de la encuesta GLBTI.

Además, mencionó que Mujer y Mujer -de forma reservada- entrevistó a sus integrantes y a varias referidas durante diciembre y estos primeros días de enero.“Esta es la primera encuesta de este tipo que se realiza no solo en Ecuador sino en Latinoamérica, lo que nos permitirá identificar cualitativamente a esta comunidad y visibilizar la presencia de la población lésbica, es decir, cómo era su estilo de vida antes y cómo es ahora”, explicó la activista.

Zambrano, de su parte, resaltó que el objetivo no es establecer la cantidad de personas que pertenecen a las diferentes agrupaciones GLBTI, sino brindar un sustento para desarrollar políticas públicas que mejoren los niveles de inclusión, condiciones de vida y cumplimiento de derechos.          

Según explicó, de acuerdo con el artículo 21 de la Ley de Estadísticas, solamente  pueden usarse resúmenes numéricos, concentraciones globales, totalizaciones, es decir, información estadística y gráfica, mas no información personal.      

Sara Quirumbay, una de las encuestadoras, dijo que ese es el temor principal de muchos de los participantes: “Temen que sus datos sean publicados y, por ende, que sus familiares los rechacen o sus empleadores los despidan al enterarse”. Pero parte de su labor es explicar lo que indica la Ley de Estadística acerca de la confidencialidad de la información. Asimismo, mencionó que el proceso ayudará a que sean reconocidos y se los respete de tal modo que no vean vulnerados sus derechos. “Esto todavía se sigue dando (irrespeto de su condición) y sin embargo no se hace nada, nadie hace nada”, sostuvo.

Zambrano dijo que la encuesta va dirigida a mayores de 18 años que habitan en Quito (Pichincha), Ibarra (Imbabura), Portoviejo (Manabí), Guayaquil (Guayas), Santa Elena, Libertad, Salinas (Santa Elena), Machala, Pasaje, Santa Rosa y Huaquillas (El Oro), ya que “esas son las ciudades donde se encuentran asentadas las asociaciones mejor organizadas y con las que están trabajando”.

“En la página web del INEC hay un enlace en el que, si algún grupo o persona desea ser parte de la investigación, puede inscribirse”, agregó con respecto a la posibilidad de que grupos dispersos de otras ciudades del país quieran participar.

Zambrano manifestó que el cuestionario surgió a raíz de varios talleres que el INEC realizó en Quito y en Guayaquil con las agrupaciones GLBTI, en los que se escogió a los 19 encuestadores y 7 supervisores, todos ellos de algún frente de la diversidad sexual.

La encuesta es un “Muestreo Dirigido por los Entrevistados”, por ello las organizaciones participantes pasan un listado al INEC y se coordina con los encuestados el lugar, el día y la hora de la entrevista, cuya duración es de 45 minutos y consta de 4 páginas.

Esta medida se tomó para crear un ambiente de confianza y accesibilidad a los informantes. “Es difícil que una persona heterosexual vaya a una casa y pregunte ¿usted es lesbiana?”, concluyó Zambrano.